Cuantos Barcos Eran En El Combate Naval De Iquique?

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Cuantos Barcos Eran En El Combate Naval De Iquique
Hay pocos hechos en la Historia Universal que puedan compararse con la gesta desarrollada en la bahía de Iquique aquel 21 de mayo de 1879, no tan sólo por el ejemplo de heroísmo del Comandante Arturo Prat Chacón y la dotación de la corbeta “Esmeralda”, sino que también por el significado y repercusiones que ésta tuvo en el desarrollo de los acontecimientos posteriores.

Al declarar la guerra Chile a los aliados, Perú y Bolivia, 05 de abril de 1879, la Escuadra chilena inició de inmediato el bloqueo del puerto peruano de Iquique, con la intención de obligar a la escuadra enemiga a romperlo y disputar el dominio del mar. El 16 de mayo, el Comandante en Jefe de la Escuadra, Almirante Juan Williams Rebolledo, ante la inactividad de sus naves, como consecuencia de la ausencia de la escuadra peruana, que de acuerdo a información que disponía, se mantenía en El Callao, presionado además por las críticas que le hacían por no adoptar una actitud más decidida, tomó la resolución de expedicionar sobre el principal puerto peruano: El Callao.

Zarpó con todos los buques disponibles, a excepción de la corbeta “Esmeralda” y la goleta cañonera “Covadonga”, viejas naves, unidas desde tiempos de la Guerra contra España, ya que la “Esmeralda” había capturado a la “Covadonga” en el Combate Naval de Papudo, 26 de noviembre de 1865, destacando en esa memorable acción el entonces Guardiamarina Arturo Prat. El Presidente peruano General Mariano Ignacio Prado, luego de realizar varias reuniones para decidir las futuras acciones de sus fuerzas, tomó la decisión de zarpar con la escuadra a Arica, con el objetivo de reforzar la guarnición, llevar cañones, municiones y víveres para el ejército, lo que se verificó el 16 de mayo, el mismo día que la Escuadra chilena zarpaba desde Iquique rumbo al norte, dándose la situación que ambas escuadras se cruzaron en altamar sin que se avistaran.

Una vez en Arica, el General Prado fue informado que en Iquique se mantenían bloqueando el puerto dos naves de guerra chilenas, acompañadas por un trasporte carbonero y que un convoy que trasportaba 2.500 hombres había zarpado de Valparaíso con destino a Antofagasta. De inmediato dispuso el zarpe del blindado “Huáscar” y la fragata blindada “Independencia”, al mando de los Capitanes de Navío Miguel Grau Seminario y Juan Guillermo Moore, respectivamente, para capturar o hundir a los buques chilenos en Iquique, posteriormente atacar al convoy proveniente de Valparaíso y destruir la máquina resacadora de agua de Antofagasta, para privar de este vital elemento, a las tropas chilenas acantonadas allí.

El miércoles 21 de mayo, el bloqueo se mantenía como de costumbre. Esa mañana la “Covadonga” patrullaba el exterior de la bahía. Cubrían la guardia el teniente Manuel Joaquín Orella y el Guardiamarina Miguel Sanz. Al alba, el horizonte estaba cubierto por una espesa neblina. De inmediato se mandó a avisar al Comandante Condell, quien dormía en su camarote, subió rápidamente a cubierta, reconoció que ambos buques eran el “Huáscar” y la “Independencia”, e izó rápidamente la señal “enemigo a la vista” y lo afirmó con un cañonazo de advertencia para la “Esmeralda”.

En la corbeta estaba de guardia el Teniente 1° Luis Uribe Orrego, Segundo Comandante de la nave, quien dispuso que se le avisara de inmediato al Comandante Prat, quien al subir a cubierta, ordenó levar el anclote, tocar “generala” y acercarse a la “Covadonga” para conferenciar. Como si el destino quisiera dejar imborrablemente marcado este día para las Glorias de Chile, en Iquique se reunieron cinco buques con cuyas iniciales se formó la palabra CHILE: “Covadonga”, “Huáscar”, “Independencia”, “Lamar” y “Esmeralda”.

En el “Huáscar” al avistarse los buques chilenos, se izó una gran bandera de combate, lo que se imitó en la “Independencia”. El Comandante Grau reunió su gente y pronunció la siguiente arenga: “Tripulantes del Huáscar: Ha llegado la hora de castigar al enemigo de la Patria y espero que lo sabréis hacer cosechando nuevos laureles y nuevas glorias dignas de brillar al lado de Junín, Ayacucho, Abtao y 2 de Mayo ¡Viva el Perú!”.

El Comandante Prat rápidamente se vistió para el combate, ciñéndose la espada al cinto y subiendo a cubierta ordenando al contador Juan Oscar Goñi que arrojara al mar, en un saco, la correspondencia para la Escuadra, para asegurar que no cayera en manos enemigas. Ordenó izar las señales “reforzar las cargas”, “venir al habla” y “seguir mis aguas”.

La población de Iquique, despertada por el cañonazo de aviso de la “Covadonga”, presa de la mayor euforia, corría por la playa para presenciar la captura de los buques chilenos. Mientras la “Esmeralda” viraba hacia tierra, Prat ordenó tocar “atención” y arengó a su tripulación: “Muchachos: La contienda es desigual, pero, ánimo y valor.

Nunca se ha arriado nuestra bandera ante el enemigo y espero que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Por mi parte, os aseguro, que mientras yo viva, esa bandera flameará en su lugar y si yo muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber”. Luego, sacándose la gorra, la batió en el aire gritando “¡Viva Chile!”, lo que la tripulación respondió con gritos similares.

La “Covadonga” llegó al habla y Prat, bocina en mano, ordenó: “¡Que almuerce la gente!, ¡Reforzar las cargas!, ¡Cada uno a cumplir con su deber!”. Condell simplemente respondió: “¡All right!”. No bien hubo terminado el diálogo cuando una roja llamarada surgió de uno de los cañones del “Huáscar” y un alto penacho de agua y espuma brotó entre ambas naves: se iniciaba el combate.

Prat ordenó a Condell mantenerse en baja profundidad, y al transporte “Lamar” que abandonara la bahía y se dirigiera al sur. A la orden de Prat, el Corneta Gaspar Cabrales tocó ” romper el fuego” y “al ataque”, lo que fue celebrado con vivas a Chile. Los buques chilenos concentraron sus fuegos sobre el “Huáscar”, sin causarle daño, al rebotar los proyectiles en su coraza.

La “Independencia”, por su parte disparaba sin causar ningún daño. Los movimientos efectuados por la “Esmeralda” hicieron que se reventaran sus calderas, que se encontraban llenas de parches, por lo que el buque quedó con un andar reducido a poco más de dos nudos. Considerando lo anterior, Prat puso su buque cerca de la playa, de manera que los disparos del “Huáscar” pusieran en peligro a la población, obligándolo a disparar con cuidado y por elevación, dificultando su puntería.

  1. Había pasado más de una hora de combate y los buques no presentaban daños considerables.
  2. La “Independencia” abandonó su lugar y se dirigió sobre la “Covadonga”, la que empezó a navegar hacia el sur.
  3. En ese momento, un proyectil del “Huáscar”, la atravesó de banda a banda hiriendo fatalmente al cirujano Pedro Segundo Regalado Videla y matando instantáneamente al grumete Blas 2° Tellez y al mozo Felipe Ojeda.

Observado desde tierra el movimiento de Condell, el General Juan Buendía, autoridad militar peruana del puerto, dispuso que lanchas con tropas de fusileros hicieran fuego sobre ella, la que luego de evitar un abordaje de botes, abandonó el puerto. En este momento el combate se divide en dos: uno entre el “Huáscar” y la “Esmeralda” y el otro entre la “Independencia” y la “Covadonga”.

Cuando el “Huáscar” había estrechado su distancia a la “Esmeralda” a 600 metros, se acercó un bote al primero, en el cual iban el Capitán de Puerto, Capitán de Corbeta, Salomé Porras y el Práctico Guillermo Checley, quienes informaron a Grau que la “Esmeralda” estaba protegida por una línea de torpedos, lo que indujo al Comandante peruano a mantenerse a una distancia de 500 metros.

Lo anterior se debió a que en los días previos al 21 de mayo, el Comandante Prat se concentró en el entrenamiento de las tripulaciones y con la colaboración de un ingeniero civil, que no fue llevado a la expedición al norte del grueso de la fuerza, trató de construir minas para proteger su buque. Pasada cerca de una hora y media, la “Esmeralda” aún no había sido impactada por los proyectiles del “Huáscar”, pues por la forma de disparar por elevación, los tiros caían en la playa. Por su parte los disparos de la “Esmeralda”, a pesar de hacer impacto sobre su enemigo no le causaban daño.

  1. Los Guardiamarinas Arturo Wilson Navarrete, Arturo Fernández Vial y Ernesto Riquelme Venegas cumplían las órdenes de su Comandante, ya sea como ayudantes o bien reemplazando eventualmente a los cabos de cañón, donde además alentaban a la tripulación.
  2. El Teniente Ignacio Serrano Montaner, dirigía los cañones de babor que enfrentaban al “Huáscar” y el Teniente Francisco Segundo Sánchez Alvaradejo contestaba por estribor los disparos que le hacían desde tierra.

El Corneta y Tambor Gaspar Cabrales tocaba sin cesar, “al ataque”. Eran cerca de las diez de la mañana y la corbeta no cesaba en combatir. A medida que la resistencia se hacía más tenaz, la opinión de los espectadores en tierra iba cambiando; el entusiasmo y alegría del primer momento se había trocado en sorpresa, asombro y admiración.

Como consecuencia de la mala puntería de los artilleros del “Huáscar”, que no lograban acertar sobre la nave chilena, el General Buendía hizo traer a la playa cuatro cañones Krupp de campaña, que instaló en un morrito que enfrentaba a la “Esmeralda” para cañonearla desde tierra, cruzando sus fuegos con los del “Huáscar”.

Lo que no pudo logra la artillería de éste, lo comenzaron a hacer los cañones de tierra. Una granada mató a tres hombres e hirió a otros tres y provocó un principio de incendio, que fue rápidamente controlado. La situación para la “Esmeralda” se tornó insostenible, por lo que el comandante Prat decidió resolvió dejar su ventajosa posición inicial, navegando lentamente hacia el norte, dado el mal estado de sus máquinas.

Con esto, la “Esmeralda” quedó vulnerable a un ataque del blindado peruano mediante el espolón, una prolongación de la proa de los buques acorazados que les permitía embestir al buque adversario, provocando una gran avería bajo la línea de flotación. Era un arma letal, especialmente contra buques de casco de madera, como era la “Esmeralda”.

Grau observando el movimiento de la “Esmeralda”, concluyó que la información dada por el Capitán Porras era equivocada y que la amenaza del supuesto campo minado era inexistente y que podría usar el espolón sin exponer su buque a las temidas minas. También podría ahora emplear su artillería, sin temor a que sus disparos provocaran daños en tierra.

  • Durante este desplazamiento, la “Esmeralda” recibió el primer impacto de un proyectil de 300 libras del blindado peruano.
  • Penetró por el costado de babor, a un metro sobre la línea de agua, destrozando un camarote y parte de la cámara de oficiales, para salir por el otro costado, provocando un incendio que fue sofocado.

La corta navegación realizada por la corbeta tratando de salir del puerto y las fuertes sacudidas causadas por el uso de su artillería, aumentaron las averías de sus calderas, disminuyendo aún más su poco andar. La prácticamente nula movilidad de la nave chilena fue notada por el Comandante Grau, por lo que decidió realizar el primer ataque al espolón sobre su costado de babor.

  • El choque fue fuerte y el castillo del “Huáscar” quedó a la altura de la toldilla de la “Esmeralda”, que era más alta.
  • Prat, al notar con anterioridad la intención de su enemigo, trató de esquivar la arremetida, logrando parcialmente su objetivo al recibir de refilón la embestida, sin ocasionar mayores daños en su casco.

Sin embargo, al chocar ambos buques, el “Huáscar” disparó sus cañones a quemarropa, produciendo una matanza espantosa de la gente que se encontraba en la cubierta de la corbeta. No hay datos fidedignos; pero puede afirmarse que quedaron despedazados entre cuarenta y cincuenta marineros y soldados. El Comandante Prat al ver a sus pies el castillo del “Huáscar” gritó: “¡Al abordaje muchachos!”, lo que sólo fue oído en medio del estruendo, por el Sargento Juan de Dios Aldea Fonseca, que lo acompañó en su salto a la cubierta del buque enemigo. Otras versiones indican que Prat fue acompañado por un tercer tripulante que sería el Marinero Luis Ugarte.

  1. El Corneta Gaspar Cabrales que tocaba “al ataque”, fue acribillado por la metralla enemiga.
  2. El Comandante Grau, previendo el peligro que su buque fuera abordado por los tripulantes de la “Esmeralda”, se retiró rápidamente, no dando oportunidad para que el resto de la tripulación siguiera a su Comandante.

El Sargento Aldea cayó acribillado en el castillo de la nave peruana, mientras el Comandante Prat llegó cerca de la torre blindada de mando, donde fue alcanzado por un disparo que lo hizo caer de rodillas, recibiendo posteriormente un balazo en la frente que le produjo la muerte de manera instantánea. Luego de la muerte de Prat, tomó el mando el Segundo Comandante, Teniente 1° Luis Uribe, quien pudo presenciar desde la toldilla los terribles estragos producidos por el “Huáscar”. Retirada la nave enemiga, sobrevino una relativa calma. El Comandante Grau quiso dar tiempo para que sus adversarios se rindieran.El Corneta y Tambor Gaspar Cabrales murió casi al mismo tiempo que su Comandante.

  • El Cabo Crispín Reyes, al ver que el Corneta Cabrales había sucumbido, tomó el instrumento y siguió tocando “al ataque”, hasta que una granada le voló la cabeza.
  • Entonces tomó la Corneta el Grumete Pantaleón Cortés, quien continuó tocando hasta que el buque se hundió.
  • Uribe hizo llamar al ingeniero del buque y le ordenó que tuviera las válvulas listas para inundar la corbeta y echarla a pique, para que no cayera en manos enemigas.
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Como era evidente que el “Huáscar” realizaría un segundo ataque, el oficial a cargo de una de las baterías preparó a su gente para abordar el buque enemigo, nombrando personal específicamente para pasar amarras, de manera que el atacante no pudiese alejarse rápidamente, como lo había hecho en el primer espolonazo. Efectivamente, viendo el Comandante Grau que la tregua no daba resultado, atacó nuevamente, lanzándose a toda velocidad, ahora por el costado de estribor. Uribe trató de maniobrar igual que Prat y logró presentar su costado en forma oblicua al espolón del “Huáscar”, pero esta vez el choque produjo daños mayores, como la rajadura en el casco que abrió una gran vía de agua, ingresando a raudales a la santabárbara y a las máquinas, lo que no permitió el intento de amarrar a la nave adversaria.

  1. El Teniente Ignacio Serrano Montaner en el momento que los dos buques se encontraban juntos, saltó al abordaje seguido de doce marineros que llevando rifles y machetes cayeron sobre la cubierta del “Huáscar”, donde los recibió una lluvia de balas.
  2. Luego, un destacamento de unos cuarenta tiradores, subió a cubierta y acabaron con Serrano y su gente, algunos de los cuales, ya sin municiones o heridos, escaparon echándose al agua y subiéndose a su nave por cabos lanzados desde abordo.

La “Esmeralda” se encontraba detenida en medio de la bahía, hundiéndose lentamente. En este momento, el ingeniero y el condestable se dirigieron a toldilla e informaron a Uribe que la máquina se estaba inundando y que el agua llegaba a las hornillas o fogones, lo que obligaba a evacuar el departamento, cesando la generación de vapor para alimentar la máquina propulsora y la máquina auxiliar que impulsaba la bomba de achique e incendio. Después de esta segunda embestida, el “Huáscar” disparó con sus cañones de 300 libras a muy corta distancia, perforando el casco de la corbeta en un sector de la cubierta inferior a la de cañones llamado antecámara de guardiamarinas, donde funcionaba la enfermería de combate y donde se había agrupado el personal que, poco rato antes, había tenido que abandonar los departamentos más bajos del buque.

Estos disparos causaron la muerte de todos los ocupantes de este departamento, excepto uno, el Ayudante del Cirujano, Germán Segura, que nadie se explica cómo sobrevivió. Pasaron alrededor de veinte minutos cuando el “Huáscar” se lanzó por tercera vez sobre la corbeta. Esta vez el espolón se clavó en el medio del casco, por el costado de estribor, disparando nuevamente a tocapenoles, produciendo una gran mortandad entre los sobrevivientes.

La “Esmeralda” herida profundamente en sus entrañas comenzó a hundirse rápidamente de proa, mientras los sobrevivientes se preparaban para el inminente hundimiento. A medida que la gloriosa nave se hundía, en sus cubiertas rodaban las cureñas, los rifles, los muertos y moribundos, en esos momentos el Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas, gritando vivas a Chile, se agarraba en un supremo esfuerzo a su pieza de artillería y disparaba el último cañonazo, cuando el agua casi llegaba a sus pies.

Eran las doce horas y diez minutos cuando calló la corneta del Grumete Pantaleón Cortés y la “Esmeralda” halló su tumba en el mar. De acuerdo a versiones entregadas por sobrevivientes, la Esmeralda se hundió con todas sus banderas, como si quisiera despedirse de la superficie con toda dignidad. Al respecto, el Teniente Francisco Sánchez se refería al tema de la siguiente manera: “Al sumergirse la Esmeralda, flameaban las banderas del palo trinquete, la de servicio, como buque de guardia; en el mayor, el gallardete, insignia de oficial de guerra; en el mesana, la de jefe de división.

La bandera nacional izada en el pico de este palo desapareció la última de la superficie por haberse hundido el buque de proa”. Por su parte, el Guardiamarina Vicente Zegers expresaba “.el buque se hundió con todas sus banderas: la de Jefe al tope del mesana, la de guardia en el trinquete, el gallardete al mayor y dos nacionales al pico del mesana, pues se había tomado la precaución de izar otra por si acaso faltaba la primera”,

Al respecto, el propio Zegers, años después explicaba lo del segundo pabellón nacional que lo izó “en compañía de Fernández Vial y de Hurtado en la driza del pico del mesana”, en momentos que el “Huáscar” se preparaba para acertar sobre la “Esmeralda” el tercer y último espolonazo, de manera de dar a conocer a los peruanos que la corbeta no se rendiría.

Lo anterior echa por tierra algunas versiones que decían que un hombre de la dotación trepó al palo mesana y clavó un segundo pabellón nacional. De una dotación total de 201 hombres, compuesta por 16 oficiales y 185 gente de mar, murieron 141, de ellos 7 oficiales y 134 tripulantes, sobrevivieron 60.

  • En este recuento no se consideró al Ingeniero Civil Juan Agustín Cabrera Gacitúa, quien había sido comisionado por el gobierno para unir el cable telegráfico en Iquique, lo que permitiría la comunicación con Valparaíso.
  • Al no alcanzar a embarcarse de regreso al sur, el Comandante Prat lo invitó a bordo.

Al no poder desembarcarse, participó activamente en el combate, sobreviviendo a él. Por tratarse de una fuente histórica de primer orden, a continuación se citará el Parte Oficial del Combate Naval de Iquique, presentado por el Segundo Comandante de la “Esmeralda”, Teniente 1° Luis Uribe Orrego, al Comandante General de Marina.

“Iquique, Mayo 29 de 1879 Tengo el honor de poner en conocimiento de US. que el 21 del presente, después de un sangriento combate de cuatro horas con el monitor peruano Huáscar, la Esmeralda fue echada a pique al tercer ataque de espolón del enemigo. El honor de la bandera ha quedado a salvo, pero desgraciadamente tenemos que lamentar la pérdida de tres de sus más valientes defensores: el Capitán Prat, el Teniente Serrano y el guardiamarina Riquelme.

Como a las 7 A.M. del día indicado divisamos dos humos al Norte. Inmediatamente se puso el buque en son de combate. A las ocho se reconoció al Huáscar y poco después a la fragata Independencia. Se hicieron señales a la Covadonga de venir al habla, y el capitán Prat le ordenó tomar poco fondo e interponerse entre la población y los fuegos del enemigo.

  1. Al movernos para tomar la misma situación se nos rompieron dos calderos y el buque quedó con un andar de dos o tres millas.
  2. A las ocho treinta, la acción se hizo general.
  3. El Covadonga se batía con la fragata Independencia, haciendo al mismo tiempo rumbo al Sur y la Esmeralda contestaba los fuegos del Huáscar y se colocaba frente a la población a distancia de 200 metros de la playa.

Desde esta posición batíamos al enemigo; nuestros tiros, que al principio eran inciertos, fueron mejorando, y varias granadas reventaron en la torre y casco del Huáscar sin causarle el más leve daño. Los tiros de este último, pasaban en su mayor parte por alto y varios fueron a herir a la población.

Nuestra posición era, pues, ventajosa; pero como se nos hiciera fuego desde tierra con cañones de campaña, matándose tres individuos e hiriéndonos otros tantos, el capitán Prat se vio obligado a ponerse fuera de alcance. En este momento, 10 A.M. una granada del Huáscar penetró por el costado de babor y fue a romper a estribor, cerca de la línea de agua, produciendo un pequeño incendio que fue sofocado a tiempo.

Mientras tanto el Huáscar se había acercado como 600 metros y a esta distancia continuó la acción cerca de una hora sin recibir otra avería que la que dejo indicada. Viendo el Huáscar el poco efecto de sus tiros, puso proa a la Esmeralda y los cañones de su torre, disparados a toca penoles antes y después del choque, hicieron terribles estragos en la marinería.

El capitán Prat, que se encontraba en la toldilla desde el principio del combate, saltó a la proa del Huáscar, dando al mismo tiempo la voz de “al abordaje”. Desgraciadamente el estruendo producido por la batería al hacer fuego sobre el Huáscar, impidió a muchos oír la voz de nuestro valiente comandante; y de los que se encontraban en la toldilla con él, solo el sargento pudo seguirlo, tal fue la ligereza con que se retiró la proa del Huáscar de nuestro costado.

El que suscribe se encontraba en el castillo de proa, y desde ahí tuve el sentimiento de ver al bravo capitán Prat, caer herido de muerte combatiendo al pie mismo de la torre del Huáscar. Inmediatamente me fui a toldilla y tomé el mando del buque. Mientras tanto nos batíamos casi a boca de jarro, sin que nuestros tiros hicieran el menor efecto.

  • En cambio, las granadas del enemigo hacían terribles estragos; la cubierta y entrepuentes se hallaban sembrados de cadáveres.
  • Volvió el Huáscar a embestir con su espolón directamente al centro de este buque.
  • Goberné para evitar el choque; pero la Esmeralda andaba tan poco que no fue posible evitarlo, y recibió el segundo espolonazo por el lado de estribor.

Esta vez el teniente Serrano, que se encontraba en el castillo, saltó a la proa del Huáscar seguido como de 12 individuos. En la cubierta de este último no se veía ningún enemigo con quien combatir; pero de sus torres y parapetos de popa salía mortífero fuego de fusilería y ametralladoras.

  1. El valeroso teniente Serrano y casi todos los que lo siguieron sucumbieron a los pocos pasos.
  2. La ligereza con que se retiraba de nuestro costado la proa del Huáscar y el poco andar de la Esmeralda para colocarse a su costado, único modo como habría podido pasar todo el mundo a la cubierta del enemigo, hacía imposible todo abordaje.

Por este tiempo nuestra tripulación había disminuido enormemente. Teníamos más de cien hombres fuera de combate, la Santa-Bárbara inundada y la máquina había dejado de funcionar. Los pocos cartuchos que quedaban sobre cubierta sirvieron para hacer la última descarga al recibir el tercer ataque de espolón del enemigo.

  • El guardiamarina don Ernesto Riquelme, que durante toda la acción se portó como un valiente, disparó el último tiro: no se le vio más; se supone fue muerto por una de las últimas granadas del Huáscar.
  • Pocos momentos después de recibir el tercer espolonazo, se hundió la Esmeralda con todos sus tripulantes y con su pabellón izado al palo de mesana, cumpliendo así los deseos de nuestro malogrado comandante, quien, al principiar la acción dijo: Muchachos, la contienda es desigual.

Nunca se ha arriado nuestra bandera al enemigo; espero, pues, no sea esta la ocasión de hacerlo. Mientras yo esté vivo, esa bandera flameará en su lugar, y aseguro que si muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber. Los botes del Huáscar recogieron del agua a los sobrevivientes, y en la tarde del mismo día fuimos desembarcados en Iquique en calidad de prisioneros.

  • Acompaño a US.
  • Una relación de la oficialidad y tripulación que ha salvado y que se hallan presos en este puerto.
  • Dios Guarde a US.
  • LUIS URIBE Al señor Comandante General de Marina Para poner fin a la narración del Combate Naval de Iquique, con la intención que los lectores comprendan en su real magnitud lo ocurrido ese magno día, es que se realizará un extracto de un artículo publicado en el diario peruano “El Comercio de Iquique”, el día 22 de mayo de 1879, con la visión de un reportero que fue testigo presencial del combate.

Los párrafos más destacados son los siguientes: “Al habla ambos buques, el comandante Grau intimó rendición a la Esmeralda, pero el jefe de la corbeta chilena se negó a arriar su bandera”. “Era preciso que se diese fin a un drama tan sangriento y que no reconoce ejemplo en la historia del mundo”.

En efecto, la Esmeralda se inclinó hacia estribor que fue por donde el ariete la cortó y segundos después se hundió siempre de proa”. “El pabellón chileno fue el último que halló tumba en el mar”. “Al hundirse la Esmeralda, un cañón de popa por el lado del estribor hizo el último disparo, dando la tripulación vivas a Chile”.

“Después de la catástrofe, que apagó los gritos de entusiasmo con que desde el principio eran saludados los tiros del Huáscar por el pueblo y el ejército, siguió el estupor y silencio de todos”. “La impresión que en los habitantes produjo el hundimiento del buque enemigo, pudo más que la alegría y la apagó.

  • ¡Tremendos misterios del corazón humano!” “Lo último que desaparece en las aguas es el pabellón chileno; no se oye el más leve grito, ni clamor alguno de socorro; ni siquiera resuenan vítores.
  • A todos nos tiene anonadados el horror de aquella tremenda escena”.
  • A diferencia de lo que piensa y cree la mayoría de los chilenos, el Combate Naval de Iquique, que no se puede separar del Combate Naval de Punta Gruesa, disputado al sur de la bahía de aquel puerto, entre la goleta cañonera “Covadonga” y la fragata blindada “Independencia”, no fue un “Triunfo Moral”, por el contrario, los combates disputados ese memorable 21 de mayo de 1879, marcaron el desarrollo posterior de la Guerra del Pacífico.

En lo inmediato, la tenaz y heroica defensa de la corbeta “Esmeralda” frente a su poderoso adversario, permitió que el convoy que transportaba 2.500 hombres del Ejército con destino al puerto de Antofagasta, pudiera llegar a salvo y además evitó que la máquina resacadora de agua no fuera destruida por las unidades peruanas y pudiera seguir abasteciendo al ejército acantonado en Antofagasta, donde se preparaba para las próximas operaciones.

  • En el transcurso de los días, cuando se conocieron con más detalles los hechos ocurridos en Iquique y Punta Gruesa, Chile entero se alzó orgulloso y satisfecho.
  • El chileno común y corriente, hasta entonces molesto y a la vez desencantado por la pasividad de las autoridades políticas y militares en el desarrollo del conflicto, de súbito fue alentado por este ejemplo de heroísmo de los marinos de la “Esmeralda” y de la “Covadonga”.
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Entorno de éstos se produjo la unidad nacional. Todas las voluntades se sumaron en el esfuerzo común de vencer. Los héroes de Iquique dejaron señalado el camino de la victoria: cada chileno se sintió comprometido con el ejemplo éstos y comprendió que había que seguir la ruta de la entrega total al servicio de la Nación en guerra, dejando de lado cualquier tipo de diferencias que podían existir.

Se produjo la movilización de cientos de jóvenes hacia los cuarteles para integrar los cuadros movilizados; las mujeres intensificaron sus quehaceres para apertrechar al Ejército y algunas se alistaron como cantineras. Pero lo más importante de estos combates es que inflamó el espíritu patriota de los chilenos y reforzó la tradición impuesta por el almirante Cochrane, que se cumple hasta el día de hoy “Vencer o Morir”, que por lo demás se encuentra escrita en bronce en las unidades de la Escuadra Nacional, herederas de aquellas que lucharon en la Guerra del Pacífico.

Los combates navales de Iquique y Punta Gruesa crearon una mística que acompañó a las fuerzas chilenas durante toda la guerra, que permitió lograr la victoria final a pesar de los inmensos sacrificios y penurias soportadas por las tripulaciones de la Escuadra y tropas del Ejército.

ESMERALDA HUASCAR
Año y lugar de construcción: 1854 y 1855, Northfleet, Inglaterra 1865, Birkenhead, Inglaterra
Desplazamiento: 800 toneladas 1.130 toneladas
Tipo de nave: Corbeta de madera Fragata blindada
Blindaje: No tenia Coraza de 114 mm
Artillería: 12 cañones Armstrong de avancarga de 40 libras, 4 Whitworth de avancarga de 32 libras y 2 Armstrong de retrocarga de 6 libras. (Avancarga: La carga del proyectil se realizaba por la parte delantera del cañón Retrocarga: La carga del proyectil se realizaba por la parte posterior del cañón). 2 cañones Armstrong de avancarga giratorios de 300 libras, 2 Armstrong de 40 libras, 1Armstrong de 12 libras y 1 ametralladora Gatling, calibre 44.
Calado: 5,49 Metros 4,57 Metros
Andar o velocidad: 3 a 4 nudos. (Durante el combate, por el mal estado de sus calderas) 12 a 13 nudos
Fuerza de la maquina: 200 caballos de fuerza 300 caballos de fuerza
Tripulación: 201 hombres 200 hombres

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¿Cuántos barcos participaron en el Combate Naval de Iquique?

Fecha Miércoles 21 de mayo de 1879 Lugar Puerto de Iquique, Perú (actual Chile ) Coordenadas 20°12′06″S 70°09′21″O  /  -20.201577, -70.155902 Resultado Victoria peruana Beligerantes
Chile Perú

/td> Comandantes

Arturo Prat Chacón † Miguel Grau Seminario Juan Buendía

/td> Fuerzas en combate

Fuerzas navales : Corbeta Esmeralda Fuerzas navales : Monitor Huáscar Fuerzas terrestres : guarnición de Iquique y 4 cañones Blakely de montaña de 9 lb

/td> Bajas

143 muertos 57 prisioneros Varios heridos 1 corbeta hundida 1 muerto 7 heridos

/td> Mapa 1 Mapa 2

El combate naval de Iquique fue uno de los enfrentamientos más importantes ocurridos durante la campaña naval de la Guerra del Pacífico, Tuvo lugar en la bahía de Iquique el miércoles 21 de mayo de 1879, En él se enfrentaron el monitor peruano Huáscar, al mando del capitán de navío Miguel Grau Seminario, y la corbeta chilena Esmeralda, al mando del capitán de fragata Arturo Prat Chacón,

El resultado de esta acción fue el hundimiento de la corbeta chilena y el levantamiento del bloqueo del puerto de Iquique, El 16 de mayo de 1879 la escuadra chilena dejó bloqueando el puerto de Iquique a la Esmeralda y la Covadonga, además del transporte chileno Lamar, y zarpó rumbo al norte para enfrentar a la flota peruana que esperaba sorprender en el puerto del Callao,

Sin embargo, el mismo día los buques capitales de Perú habían salido con rumbo al sur con la intención de defender sus puertos en Tarapacá. Ambas flotas se cruzaron sin verse y las naves peruanas encontraron el día del combate a las menores naves chilenas en Iquique.

Aunque comenzaron en el mismo lugar y a la misma hora, el enfrentamiento de la corbeta Esmeralda contra el Huáscar es llamado combate naval de Iquique, y el de la Independencia contra la Covadonga, combate naval de Punta Gruesa (este último es el lugar en la costa frente al cual ocurrió el desenlace de la lucha).

Tras cuatro ​ : 266  horas de combate, la corbeta fue hundida por el espolón del monitor; pero su tripulación, que luchó hasta el hundimiento de su nave, fue ampliamente admirada en Chile. ​ : 267
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¿Cuántos chilenos cayeron durante el Combate Naval de Iquique?

El combate – Pintura chilena que describe el momento en que el blindado peruano “Huáscar” hunde con el espolón a la corbeta chilena “Esmeralda” en el combate naval de Iquique. óleo de Thomas Somerscales pintor inglés al servicio de Chile A las 8 horas del 21 de mayo, el blindado peruano Huáscar alcanza su objetivo y de inmediato se aproxima para neutralizar a los buques chilenos que se encontraban en la entrada de la bahía.

  1. Ante la presencia del blindado peruano Huáscar la nave chilena Lamar enarbola la bandera de Los Estados Unidos y huye hacía el sur.
  2. Sin embargo las otras dos naves bloqueadoras, no obstante su condición de naves de madera, y por ende inferiores a un blindado, rehusaron rendirse y, aprovechando su superioridad numérica y mayor poder de fuego, se dispusieron a enfrentar al Huáscar.

Antes de empezar el combate de Iquique, Grau arenga a la tripulación con la alocución siguiente: “¡Tripulantes del Huáscar! ¡Estamos a la vista de Iquique! ¡Allí no solo están nuestros afligidos compatriotas de Tarapacá! ¡Allí está el enemigo de la patria todavía impune! ¡Ha llegado la hora de castigarlo! ¡Espero que lo sabréis hacer cosechando nuevos laureles y nuevas glorias dignas de brillar al lado de Junín, Ayacucho, Abtao y el 2 de Mayo!.

  • ¡Viva el Perú!.” El entusiasmo y la moral de todos los marineros peruanos estaban elevados, “¡Viva! ¡Viva el comandante del Huáscar!” fue la respuesta de la tripulación cuando escucharon decir a Miguel Grau que era hora de castigar al enemigo de la patria todavía impune.
  • El Huáscar entonces entró en acción.

La corbeta Esmeralda, la principal nave chilena, disponía de una tripulación de casi doscientos hombres, número similar a la dotación del Huáscar, pesaba 850 toneladas, con 200 caballos de fuerza; ocho cañones de 40 libras, cuatro de 30 libras y dos de seis libras.

El blindado Huáscar, desplazaba 1.130 toneladas, tenía un blindaje de cuatro pulgadas y media, dos cañones de 300 libras de lenta avancarga, ubicados en una torre giratoria, cuyo mecanismo era manual, y su desplazamiento de banda a banda tomaba no menos de media hora. Durante los primeros treinta minutos, el Huáscar se enfrentó sólo en maniobras envolventes contra los dos buques de guerra adversarios.

Sin embargo, cuando la Independencia se aproximó para entrar en combate, la Covadonga, al mando del capitán de corbeta Carlos Condell de la Haza, huyó rumbo al sur, por lo que Grau ordenó al capitán de fragata Juan Guillermo More Ruiz darle caza, lo que éste ejecutó de inmediato, virando su nave en dirección al sur.

La Esmeralda, cercada por el Huáscar, no tenía escapatoria alguna; el “Huáscar” la acosaba con tenacidad mientras esta realizaba sus evoluciones en la rada de Iquique. En un principio, Grau ordenó fuego por elevación a fin de lograr la rendición del adversario. La Esmeralda no solo lo ignoró sino que respondió con una andanada de proyectiles que fueron incapaces de atravesar el blindaje del Huáscar, rebotando en el mismo.

De otro lado, las posteriores maniobras de la corbeta Esmeralda, de mantenerse muy pegada a la costa, impedían al Huáscar hacer el uso de sus cañones porque sus disparos podrían causar daños materiales y pérdidas de vidas, de manera accidental, a la población civil que estaba en el puerto observando el combate.

Las fuerzas terrestres peruanas, instalaron, en la playa, una improvisada batería de artillería de campaña con cañones de nueve libras y lanzaron proyectiles a la corbeta chilena, impactando uno de ellos en su cubierta matando a tres tripulantes, obligando a la Esmeralda a huir y limitando su campo de maniobra.

A Miguel Grau le habían comunicado que los chilenos tenían torpedos y por ello, Grau decidió acercarse y terminar rápido la lucha utilizando el espolón. El primer espolonazo del “Huáscar” impactó en la popa de la Esmeralda que la hundió. En el segundo espolonazo, el buque chileno puso la proa y finalmente en el tercer espolonazo el “Huáscar” la embistió en el centro, con dos cañonazos, que terminó de partirla en dos.

  1. Antes de hundirse el buque chileno, su comandante Arturo Prat y seis hombres cayeron sobre la cubierta de la nave peruana, como consecuencia de la colisión.
  2. El comandante recibió un balazo en la frente y un hachazo y murió casi instantáneamente”.
  3. Del lado peruano solo hubo un muerto que fue el teniente segundo Jorge Velarde y siete marineros heridos.

De inmediato Grau, antes de ir en persecución de la Covadonga, dispuso el salvamento de los 62 sobrevivientes. El teniente segundo Luis Uribe Orrego, ultimo comandante de la nava chilena Esmeralda, agradeció la acción humanitaria del comandante del Huáscar,156 chilenos murieron en el combate que duró 3 horas y con 40 minutos.
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¿Cuántos barcos hundio el Huáscar?

En el conflicto, el monitor peruano Huáscar hundió a la corbeta chilena Esmeralda, y Perú perdió el buque Independencia, que encalló y se rindió en Punta Gruesa, bajo el fuego de la Covadonga.
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¿Cuántos barcos de guerra rusos hay en el Mar Negro?

La Flota del Mar Negro (en ruso: ) es una gran subunidad estratégica dependiente de la Armada Rusa, que opera en el mar Negro y el mar Mediterráneo desde finales del siglo XVIII.

Flota del Mar Negro
Tamaño 11.000 (incluyendo infantería de marina) 41 buques de guerra 7 submarinos

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¿Qué pasó con el barco Esmeralda?

Los restos náufragos de la Corbeta Esmeralda se encuentran en el fondo del mar frente a la bahía de Iquique, donde se hundió el 21 de mayo de 1879 durante el llamado Combate Naval de Iquique. La barca fue fabricada en astilleros ingleses entre los años 1854 y 1856, siendo bautizada el 18 de septiembre de 1857.

  • Su nombre honra el hecho de armas ocurrido en 1820, cuando Lord Thomas Alexander Cochrane abordó la fragata española homónima, sacándola fuera de El Callao.
  • La corbeta tenía casco de madera y aparejo de tres palos.
  • Desplazaba 850 toneladas; la energía que movía sus máquinas era producida por cuatro calderos, y le permitían alcanzar una velocidad máxima de entre 7 y 8 millas por hora.

Originalmente, su artillería constaba de veinte cañones de 32 libras y dos de 12. Durante sus primeros años de servicio, la Esmeralda sirvió fundamentalmente para el aprendizaje de los futuros marinos. Su estreno en operaciones bélicas ocurrió en 1864, en el contexto de la guerra librada entre Chile y España.

  1. Bajo las órdenes del comandante Juan Williams, la Esmeralda capturó en Papudo a la Covadonga, goleta hispana que también fue utilizada en la Guerra del Pacífico.
  2. El primer escenario de la guerra contra Perú y Bolivia fue el mar.
  3. Durante los primeros días de mayo las tropas chilenas decidieron atacar el puerto de El Callao, en Perú, misión a la que se destinó el grueso de la escuadra, al mando del ahora Almirante Williams.

La Esmeralda y la Covadonga quedaron encargadas de mantener el bloqueo de Iquique; la primera por cuanto se efectuaban urgentes reparaciones en sus calderas. Arturo Prat fue designado jefe de la corbeta, en tanto Carlos Condell quedó a cargo de la goleta.

La escuadra chilena se cruzó con la peruana, sin que ninguna de las dos lo advirtiera, en un neblinoso 19 de mayo. El comandante peruano Mariano Ignacio Prado se enteró en Arica de los movimientos de la escuadra chilena, y envió al Huáscar y a la Independencia a quebrar el bloqueo de Iquique. La fragata Independencia alcanzaba gran velocidad y estaba dotada de un excelente armamento.

El Huáscar, en tanto, comandado Miguel Grau, era un navío férreamente acorazado que contaba entre sus más temibles armas un agudo espolón. Al levantarse el sol el 21 de mayo de 1879, el Huáscar y la Independencia aparecieron ante la vista de los marinos chilenos.

  1. Identificadas las naves se procedió a tocar zafarrancho de combate.
  2. Prat mandó a la tripulación tomar desayuno y vestirse con su mejor ropa; poco después, tomó su puesto bajo la toldilla, y arengó a los presentes con heroicas frases.
  3. Poco después, el Huáscar lanzó su primera bala; la embestida por mar fue complementada por el fuego que desde tierra abrieron las baterías peruanas.
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Condell, en una decisión que a la larga probó su acierto, emprendió la retirada con la Covadonga, siendo perseguida por la Independencia, que terminaría encallada y luego capturada por la goleta. A las 11 de la mañana, los disparos del Huáscar ya habían causado perjuicios considerables a la inferior Esmeralda, que de hecho se quedó sin calderas en operación, y con un agujero que iba de babor a estribor.

La corbeta, sin embargo, respondía con su artillería pesada y con un nutrido fuego de rifles y fusiles, que causaba pocos estragos en la firme coraza del monitor. El comandante Grau resolvió utilizar el espolón, a fin de apurar un desenlace ya previsto. El primer espolonazo del Huáscar se efectuó por babor.

En una acción decidida desde antes, Arturo Prat aprovechó el momento para abordar la nave enemiga, llamando a viva voz a sus hombres a seguirlo, pero la muerte del corneta y el fragor de la batalla determinaron que sólo el sargento Juan de Dios Aldea y un tercer marino oyeran la orden.

En la cubierta enemiga, estos tres valientes encontraron la muerte por disparos de fusil, efectuados desde infranqueables torretas. Un segundo espolonazo permitió a Ignacio Serrano y una decena de hombres emular a Prat. Cerca del mediodía, la tercera embestida del acorazado determinó el hundimiento de la Esmeralda, cuya tripulación estaba ya prácticamente diezmada.

Otros tantos murieron al ser succionados por la nave en su trayecto a las profundidades. Unos 50 afortunados sobrevivirían, y darían su testimonio de lo que aconteció a bordo de la corbeta ese día. Los restos de la nave hoy son custodiados por la Armada de Chile.
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¿Cuántos barcos chilenos atacaron al Huáscar y Unión?

Combate naval de Angamos
Guerra del Pacífico Parte de Guerra del Pacífico
Fecha 8 de octubre de 1879
Lugar Punta Angamos, cerca de Mejillones, Bolivia, actual Chile
Coordenadas 23°S 71°O  /  -23, -71
Resultado Victoria chilena
Beligerantes
Chile Perú

/td> Comandantes

G. Riveros C.J.J. Latorre B. M. Grau S. † A. García y García

/td> Unidades militares

Fragatas blindadas Lord Cochrane Blanco Encalada Corbeta O’Higgins Goleta Covadonga Transporte artillado Loa Monitor Huáscar Corbeta Unión

/td> Bajas

1 monitor capturado 33 muertos 27 heridos 144 prisioneros ​ : 551 

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El combate naval de Angamos fue un enfrentamiento de la campaña naval de la Guerra del Pacífico en la que fue capturado el monitor blindado Huáscar por el núcleo de la escuadra chilena mediante una maniobra envolvente. Si bien en los hechos estuvieron presentes los buques peruanos Huáscar y Unión, y los chilenos Lord Cochrane, Almirante Blanco Encalada, O’Higgins, Loa, Covadonga y Matías Cousiño, en las acciones concretas el Huáscar se enfrentó a dos buques chilenos: en un comienzo al Cochrane, y luego entraría en la acción el Blanco Encalada con lo que la lucha finalmente terminaría.

La Covadonga que estaba cerca del Blanco Encalada no tuvo fortaleza significativa al atacar al Huáscar, mientras que la O’Higgins y el Loa se limitaron a perseguir a la Unión, a la que no lograron capturar debido a su superior velocidad. El Matías Cousiño al ser solo un buque que abastecía con carbón (desarmado) a la naves chilenas no participó en la acción.

Este combate naval fue un punto decisivo en la guerra naval que favoreció a Chile ya que puso fin a las correrías del buque peruano, que hasta ese momento había sabido evitar a sus buques capitales gracias a su mayor andar y entorpecer sus líneas de abastecimiento marítimo para dificultar las acciones terrestres.
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¿Cuál es el misil más poderoso de Chile?

Nombres anteriores – HMS “Marlborough” La fragata “Almirante Condell”, ex HMS “Marlborough”, es una de las tres fragatas tipo 23 clase Duke adquiridas por la Armada de Chile a la Royal Navy. Fue construida en los astilleros Swan Hunter del Reino Unido entre los años 1987 y 1991. El 28 de mayo de 2008 la fragata fue incorporada a la Armada de Chile y el 16 de septiembre de ese año zarpó desde Inglaterra con rumbo Valparaíso, su puerto base, recalando el 21 de octubre y pasando a conformar parte de la Escuadra Nacional.

En su tránsito visitó los puertos de Dublín en Irlanda y Cartagena de Indias en Colombia. Su primer Comandante fue el, en ese entonces, Capitán de Navío Jorge Cruz. Desde su incorporación al servicio, la fragata “Condell” ha participado en las operaciones planificadas por el Comando de Operaciones Navales, destacando ejercicios conjuntos en la zona norte, ejercicios PASSEX con Unidades extranjeras de paso por nuestras aguas, navegaciones de reconocimiento en el área austral, y operaciones de apoyo a la comunidad.

Hasta el año 2015, el buque ha navegado más de 70.000 millas náuticas bajo el pabellón nacional. Dentro de las actividades de apoyo a la comunidad, destacan la ayuda prestada a Juan Fernández luego del terremoto y tsunami del año 2010; y el apoyo brindado en septiembre del 2011 en la emergencia del avión de la Fuerza Aérea CASA 212, también en el Archipiélago.

Entre los principales roles de la Unidad, destacan la rebusca y ataque de submarinos, y el combate de superficies con misiles transhorizonte. Además cumple funciones de apoyo ante catástrofes y emergencias. El buque debe su nombre al Contraalmirante Carlos Condell de la Haza, héroe naval del Combate Naval de Punta Gruesa, quién también participó en la Guerra contra España y, durante la Guerra del Pacífico, en la Toma y Asalto de Pisagua, el bloqueo y combate a las baterías de Arica y bombardeo a el Callao.

El espíritu del Almirante Condell representa a la dotación de esta Unidad de combate con su ejemplo guerrero y audaz. Este héroe naval fue capaz de transformar una situación de desventaja frente a un enemigo superior en una victoria que representó un duro golpe a la marina peruana, la pérdida de su buque más poderoso, la fragata blindada “Independencia”, en el combate Naval de Punta Gruesa aquel glorioso 21 de mayo de 1879.
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¿Quién tiene la sexta Armada naval más grande del mundo?

La gaseosa fue la primera empresa del mundo occidental en entrar a la Unión Soviética en 1972. A cambio recibió como pago 17 submarinos, una fragata, un destructor y un crucero. En todo esto tuvo algo que ver Michael Jackson. Mirá su video. – Hay que ubicarse en la época.

  1. Comenzaba la década del ’60 y Estados Unidos y la Unión Soviética estaban en plena guerra fría.
  2. Lograr en ese momento que un producto soviético entrara en territorio norteamericano o viceversa, era una quimera.
  3. Pero los dos gobiernos buscaban una distensión y con ese fin se organizó en Moscú, el 24 de julio de 1959, la Exhibición Nacional Americana, celebrada en el parque Sokólniki.

El presidente estadounidense envió como representante a su vicepresidente, Richard Nixon, que fue recibido por el primer ministro soviético, Nikita Khruschev. Pero el que hizo el mayor negocio de aquel evento, no fue un político ni un diplomático. Se trataba del Director de operaciones internacionales de Pepsi, Donald Kendall. Khruschev sudaba y Nixon le acercó un vaso de Pepsi casi helada al líder soviético, que la bebió. La foto dio la vuelta al mundo y Pepsi logró, además de una publicidad mundial gratuita, tener un primer contacto en la Unión Soviética. El hombre que era rápido como la luz, notó que Khruschev sudaba y le acercó un vaso de Pepsi casi helada al líder soviético, que la bebió.

La foto dio la vuelta al mundo y Pepsi logró, además de una publicidad mundial gratuita, tener un primer contacto en la Unión Soviética. Se cree que Khruschev fue engañado: le ofrecieron dos vasos de Pepsi, una hecha en Estados Unidos y otra en Moscú. Desde ya, el líder soviético eligió la rusa, aunque no sabía que las dos botellas tenían el mismo contenido.

Pero faltarían muchos años y cientos de encuentros para que el matrimonio comercial se hiciera realidad. Es que un año después, el 1º de mayo de 1960, la Unión Soviética derribó un avión espía U2 de Estados Unidos y capturó al piloto Gary Powers. Poco después, Estados Unidos quiso invadir a Cuba desde Bahía de cochinos y una guerra nuclear URSS – EE.UU.

parecía posible. Pero los directivos de Pepsi nunca bajaron los brazos y el 16 de noviembre de 1972, ya con Leonid Brézhnev al frente de la Unión Soviética, Pepsi se convirtió en el primer producto estadounidense en desembarcar en territorio ruso, La empresa puso toda la logística para abrir 10 plantas en el país.

Pero había un problema: la moneda. El famoso vodka ruso era oro puro. Fue creado en 1901 gracias a una receta diseñada por el famoso químico ruso Dmitri Mendeleiev, inventor de la tabla periódica de los elementos. El rublo no podía ser cambiado internacionalmente debido a los controles monetarios del Kremlin, y Pepsi, aceptó un trueque: obtuvo los derechos para comercializar el famoso vodka ruso Stolichnaya en territorio estadounidense.

El cambio era un litro de Pepsi por cada litro de vodka. Ese vodka era oro puro. Fue creado en 1901 gracias a una receta diseñada por el famoso químico ruso Dmitri Mendeleiev, inventor de la tabla periódica de los elementos. La primera planta de Pepsi se construyó en Novosibirsk, que tenía aguas dulces en sus alrededores.

Y la ciudad pasó a tener una fama inusitada. Los rusos iban de vacaciones al mar Negro y pasaban por la ciudad para probar la deseada Pepsi. Luego arribarían las plantas de Moscú, Leningrado, Kiev, Tashkent, Tallin, Almatý y Sujumi. En unos años serían 20. Uno de los submarinos entregados a Pepsi. El acuerdo fue un gran negocio para Pepsi. En casi 10 años llegaron a Estados Unidos 1.900.000 decalitros del vodka que dejaron en las arcas de Pepsi U$S 25 millones. Y en la Unión Soviética se produjeron 32.300.000 de decalitros de Pepsi, con los que el Kremlin embolsó 303 millones de rublos.

A los rusos no les importaba pagar 45 kopeks por la botella pequeña de Pepsi. Hay que considerar que cualquier bebida soviética refrescante valía 10 kopeks, Eso sí, si después de beber la Pepsi se devolvía la botella al comerciante, se obtenían 10 kopeks. En 1988 se produjo otro hecho histórico. Pepsi puso el primer aviso pagado en la televisión soviética.

Lo protagonizaba nada menos que Michael Jackson (ver el video arriba). Y la venta de la bebida llegó a la estratosfera. El acuerdo estaba por terminar en 1989 y la Unión Soviética pasaba por una difícil situación económica. Pero no quería perder a la bebida cola que se vendía a raudales en su territorio.

¿Cómo pagarle a Pepsi? Cuando los directivos escucharon la oferta rusa creyeron que era una broma. No era dinero. Y ya tampoco vodka. Los rusos ofrecían una enorme flota: 17 submarinos, una fragata, un destructor y un crucero. Y Pepsi aceptó. En ese mismo instante, la empresa yanqui pasó a poseer la sexta flota más poderosa del mundo.

Pepsi pagó por esa enorme flota menos de U$S 3.000.000. En 1988 Pepsi puso el primer aviso pagado en la televisión soviética. Lo protagonizaba nada menos que Michael Jackson (ver el video arriba). Y la venta de la bebida llegó a la estratosfera. Pero tenían un hierro candente entre las manos. Y optaron por una solución ecuménica.

Vendieron todos los navíos a una empresa sueca con una orden taxativa: debían ser convertidos en chatarra. Fue un gran negocio para Pepsi que recibió en ese intercambio 300.000.000 de dólares. El veloz Kendall (que se había convertido en presidente de Pepsi en 1963), un genio a la hora de negociar, le dijo al asesor de seguridad nacional de EE.UU., Brent Scowcroft : “Estamos desarmando a la Unión Soviética más rápido que ustedes”.

En 1990, Pepsi, ante una casi disuelta Unión Soviética, firmó un acuerdo solo con beneficios para ella. Recibió 10 petroleros y cargueros soviéticos que valían 3.000 millones de dólares y a cambió entregó el concentrado de Pepsi para su fabricación, por un valor de 300 millones de dólares. Pepsi sigue siendo una de las marcas más amadas por los rusos que sólo añoran algo: aquellas botellas de vidrio que contenían el líquido y le daban un sabor único. ¿Qué hizo Pepsi con los cargueros y los petroleros? Algunos los alquiló y otros los vendió a una empresa noruega.

Hoy, siglo XXI, Pepsi sigue siendo una de las marcas más amadas por los rusos que sólo añoran algo: aquellas botellas de vidrio que contenían el líquido y le daban un sabor único. Hoy la bebida cola viene en envase plástico y no es lo mismo. Por aquella bebida histórica, la Unión Soviética, por un tiempo, convirtió a Pepsi en la sexta flota del mundo.

Locuras de tiempos idos. GML
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¿Cuántos aviones de guerra en total tiene Chile?

Aeronaves

Tipo: Avión de combate
Versiones: 14E (monoplaza) 4F (Biplaza)
total: 18​

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