Donde Se Construira La Nueva Carcel De Talca?
Visita. El ministro de Justicia, Hernán Larraín, encabezó ayer una inspección a las obras de del moderno recinto penitenciario, que tendrá una capacidad máxima de dos mil 320 plazas, para internos hombres en calidad de condenados e imputados. – TALCA,
- El ministro de Justicia, Hernán Larraín, encabezó ayer una visita inspectiva a las faenas de construcción del nuevo centro penitenciario “La Laguna” de Talca, que será la cárcel más grande del país y contará con mil 400 cámaras de vigilancia.
- El recinto, que se levanta en las inmediaciones del aeródromo “Panguilemo”, al norte de la capital maulina, actualmente se encuentra con un 98% de ejecución, y comenzará a operar el segundo semestre de este año.
Su capacidad máxima es de dos mil 320 plazas, para internos hombres en calidad de condenados e imputados. Posee una superficie de 25 hectáreas, emplazada en un predio de 40 hectáreas totales. El nuevo Complejo La Laguna, además, se compone de un área externa y una zona interna conformada por una franja de seguridad con ocho garitas de vigilancia, seguridad electrónica, control de acceso vehicular y redes contra incendio.
- También contará con un gimnasio, venusterios, un hospital penal, una escuela para reinsertar a los internos y una central de producción de alimentos.
- Otra de las particularidades que tiene “La Laguna” es que son módulos de baja altura, con mucha luz y espacio al aire libre, a diferencia de otros recintos penitenciarios.
LA MÁS AVANZADA “Esta va a ser la cárcel más grande del país, y además la más avanzada en distintas perspectivas. Desde luego en materia de seguridad, con equipos de tecnovigilancia y sensores de distinta naturaleza, con más de mil 400 cámaras en todos los lugares del recinto.
- Pero, además, será un centro modelo de educación y trabajo, porque está pensada no solo para la custodia, sino que también para la reinserción de las personas privadas de libertad.
- Además, tiene una mirada de inclusión, pues está preparada para personas con discapacidad en todos los módulos, poniéndonos en los más altos estándares de derechos humanos”, resaltó el ministro Larraín tras la visita.
Posteriormente el secretario de Estado se trasladó a Linares, para inaugurar el nuevo tótem de auto atención de la oficina del Registro Civil de esa comuna. Allí el titular de Justicia anunció que durante el verano se instalarán dos tótems más en la provincia de Linares: uno en la Municipalidad de la capital provincial y otro en el municipio de Yerbas Buenas.
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Contents
- 1 ¿Cuándo entregan la cárcel de Talca?
- 2 ¿Cómo puedo ir vestida a la cárcel?
- 3 ¿Cuál fue la primera cárcel en Chile?
- 4 ¿Dónde está la cárcel de mujeres en Chile?
- 5 ¿Cómo murió Mosca loca?
- 6 ¿Qué dice Dios de los presos?
- 7 ¿Cuántas horas dura una visita en la cárcel?
- 8 ¿Cómo funciona el brazalete de casa por cárcel?
- 9 ¿Cómo ir vestida de visita a la cárcel Chile?
¿Cuándo entregan la cárcel de Talca?
Nueva cárcel de Talca comenzará a operar en segundo semestre de 2022.
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¿Cómo se llama la cárcel de Talca?
Complejo Penitenciario La Laguna (Nueva Cárcel de Talca ) (Centro de Educación y Trabajo La Laguna)
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¿Cómo es la cárcel de Rancagua?
El Complejo Penitenciario (CP) Rancagua es una unidad penitenciaria de alta seguridad concesionada, organizada en base a agrupaciones de módulos. El penal alberga a distintas poblaciones: varones condenados e imputados, mujeres condenadas e imputadas, y población en módulos especiales.
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¿Cómo se llama la cárcel de Bogotá?
El Complejo Carcelario y Penitenciario Metropolitano de Bogotá ‘COMEB’, se encuentra ubicado en la localidad No 18 Rafael Uribe Uribe, El inicio del establecimiento data del año 1873, mediante la Ley 22 de Enero de 1873 se autoriza al Estado para levantar un panóptico.
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¿Dónde queda el sexto cárcel?
Penal El Sexto
Establecimiento Penitenciario de Lima | |
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Ubicación | Cercado de Lima, Lima, Lima |
Dirección | Avenida Alfonso Ugarte |
Coordenadas | 12°03′26″S 77°02′29″O |
Información general |
¿Cómo puedo ir vestida a la cárcel?
La vestimenta de las personas que visitan las cárceles: ¿seguridad o moralina? Las normas que imponen a quienes visitan las cárceles, centros de detención y otros establecimientos análogos la obligación de vestir adecuadamente no han sido sancionadas siguiendo criterios morales, religiosos o sexistas, sino teniendo en cuenta, de forma primordial, la seguridad de los propios visitantes y el buen orden y la seguridad que debe imperar en las prisiones.
Estas normas no solo alcanzan a los familiares y amigos de las personas internas, o a los profesionales externos que realizan su trabajo en establecimientos penitenciarios e internados penales, sino también a las autoridades públicas que, regular u ocasionalmente, acuden a inspeccionar estos lugares. A las normas escritas, que son abundantes en la mayoría de los países civilizados y que en algunos casos llegan a tener un asombroso nivel de detalle, se une un cuerpo bastante consistente de normas no escritas, de «códigos», que generalmente observan y aplican con gran celo los profesionales, funcionarios y magistrados que periódicamente visitan este tipo de instituciones. Así lo establece el principio número 1 del Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, adoptado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en su resolución 43/173, de 9 de diciembre de 1988: «Toda persona privada de la libertad será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano», Las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977, dicen a este respecto: «Las prisiones deberán ser lugares seguros para todos los que viven y trabajan en ellas, es decir, para los reclusos, el personal y los visitantes»,
Aun en espacios considerados relativamente anómicos -como Salta- cualquier psicólogo, asistente social, abogado, médico o juez -sobre todo si es mujer- sabe perfectamente que las visitas a las cárceles y centros de detención son cosa muy seria, y que cualquier descuido o imprudencia puede exponer al profesional visitante a determinados riesgos e, incluso, hacerle vivir experiencias sumamente desagradables.
Entre nosotros es frecuente que los profesionales más avezados y experimentados aconsejen a los más jóvenes y a quienes se inician en la visitas carcelarias sobre la forma más adecuada de vestir, en función de las características de la cárceles, la naturaleza del trabajo a realizar en su interior y el comportamiento observado con anterioridad por la población de internos.
Por otro lado, es oportuno recordar que uno de los principios jurídicos fundamentales que preside la atención y el tratamiento de las personas privadas de su libertad, es el reconocimiento de su dignidad humana fundamental y el respeto a su persona. Desde este punto de vista, se debe reparar en que la vestimenta adecuada de los visitantes a los centros de detención, impuesta por la mayoría de reglamentos penitenciarios y normas análogas, está vinculada de forma muy directa con el respeto fundamental a los derechos humanos de los internos; entre ellos, de forma primordial, el respeto a su decoro y a su dignidad como personas.
- La mayoría de los reglamentos internos recogen y declaran, de una forma o de otra, que las visitas a las cárceles o centros de detención deben desarrollarse, siempre, en óptimas condiciones de orden, respeto y seguridad.
- No hay razón para que este principio no se aplique -incluso con mayor rigor- a los magistrados y funcionarios que acuden a visitar las cárceles, ya que en este, como en otros casos, la autoridad debe dar acabado ejemplo del cumplimiento de las normas y no intentar situarse por encima de ellas.
En el caso de la Argentina, el Servicio Penitenciario Federal se encarga de comunicar periódicamente, por medio de listados que aparecen colocados en el sector de ingreso de la visita, toda aquella información referente a la vestimenta no permitida para el ingreso de los visitantes a las diferentes unidades.
- Algo parecido sucede en las jurisdicciones provinciales.
- Desde luego, la cultura, la moda y el estado general de las costumbres influyen en la definición de lo que debe entenderse en cada momento por vestimenta adecuada o apropiada.
- Pero también influyen, y de manera quizá más intensa, otros factores como las características físicas de la prisión o centro de detención, la peligrosidad de los internos y la organización de la vigilancia de los centros.
En resumen, que son la seguridad (de las personas visitantes y del propio establecimiento) y la dignidad de los internos, por ese orden, los criterios que imprimen su carácter a los reglamentos penitenciarios y justifican la imposición (o autoimposición) de determinadas restricciones en materia de vestimenta de las visitas.
Solo a título de ejemplo, citaremos algunas de las normas que sobre la materia rigen en diferentes prisiones del continente americano: * Los visitantes deben vestir apropiadamente y evitar llevar ropas que sean provocadoras. * La ropa transparente, sin mangas, apretada, ceñida al cuerpo, de cuello abierto o que revele partes del cuerpo privadas, no será permitida.
* No se permiten sombreros, excepto los religiosos. * No se permiten los elásticos, las gorras y la ropa con logotipos que puedan indicar pandillas. * No está permitida la ropa de tipo traje de baño. * La ropa provocadora vestida por hombres o mujeres es razón para negar la visita.
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¿Cuántas cárceles hay en Chile 2022?
Informe INDH sobre cárceles: en once recintos no hay camas para todos y existen variedad de plagas – INDH El Quinto Estudio de Condiciones Carcelarias preparado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) muestra un deterioro en muchos estándares para las personas privadas de libertad. El informe se elaboró con información recogida en 2019. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) dio a conocer su,
- El análisis expone un deterioro en las condiciones de los reclusos.
- En este nuevo informe, con datos de 2019, se detectó, entre otras cosas, que en algunas cárceles del país una persona privada de libertad puede pasar entre 18 y 20 horas sin comida.
- El sistema carcelario chileno cuenta con 83 unidades.
De ellas, 45 tienen un nivel de ocupación que excedía su capacidad. Si se compara la situación entre 2018 y 2019, se observó un aumento en el nivel de ocupación: si en 2018 fue 101,5%, en 2019 se registró un 106,4%. Además, los datos recopilados en 2019 exponen que 19 unidades superaban el 140% de ocupación, considerado como nivel crítico.
- Las más afectadas eran Taltal (265,6%), Copiapó (220,7%), Santiago Sur (203,8%) y Petorca (200%).
- La Unidad de Protección de Derechos del INDH visitó 44 cárceles en 2019, entre las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O´Higgins, Ñuble, Biobío y Araucanía.
- En muchas llamó la atención la dificultad en tener condiciones de higiene y alimentación adecuadas.
En once de las 44 no había camas para todos los reclusos; en 24 el acceso al agua no estaba asegurado las 24 horas al día. En 23 el acceso a servicios higiénicos no era permanente y los reclusos deben usar una bolsa o un balde. Una limitada cantidad de cárceles tenía condiciones de privacidad que aseguren la intimidad en el uso de los servicios higiénicos.
- Entre las cárceles donde no había camas para todos los reclusos en la Región Metropolitana se encuentran Colina II, Puente Alto, Santiago Sur, San Joaquín y también el recinto concesionado de Santiago I.
- En este último sitio se vio que una persona llevaba cinco meses privada de libertad y no tenía colchón.
Además, no había acceso permanente a servicios higiénicos, entre otras, en Colina I, Colina II, Puente Alto, Santiago Sur y la Unidad de Alta Seguridad. Se advirtieron plagas en once de las 44 cárceles inspeccionadas. En algunas de ellas se detectaron vinchucas, ratones, chinches, pulgas, palomas y/o cucarachas.
Alimentación Otra dimensión deficiente era la alimentación. En 20 de las 44 cárceles observadas a las personas privadas de libertad no se les proporcionaban platos, bandejas ni cubiertos para comer. Especialmente llamativo resultó el caso de recintos penales concesionados dentro de este grupo, en cuyo caso también se detectaron falencias: en las tres cárceles concesionadas incluidas en este estudio únicamente se proporcionaban bandejas o platos y en algunos casos de manera limitada.
También se detectó que transcurría una gran cantidad de horas entre la última comida del día y la primera de la jornada siguiente. En algunos casos pasaban entre 18 y 20 horas, con horarios muy alejados a los regímenes del exterior. Según la información recopilada por el INDH, el lapso de 20 horas se registró en Valparaíso.
En tanto, el de 18 horas lo constataron en San Miguel, Puente Alto y Santiago Sur. En Santiago I este período llegó a 17,5 horas. En cuanto a Valparaíso, el informe destaca que los reclusos recibían desayuno a las 9 horas, almuerzo a las 11:30 y cena a las 13 horas. Se manifestó que se entregaba una colación a las 21 horas, pero otros reclusos refirieron que no recibían colación y por lo tanto, la cantidad de horas entre la última comida del día y la primera del día siguiente para algunos podía llegar a 20 horas.
En 28 de los 44 recintos revisados los reclusos dijeron que habían sido sometidos a castigos extra reglamentarios, consistentes en pruebas físicas para no quedar con una sanción en la hoja de vida, que podría afectar una postulación a los beneficios carcelarios.
En 32 de las 44 cárceles existían espacios de castigo o de aislamiento. Junto con ello, varios reclusos informaron de violencia en allanamientos, agresiones, insultos, robos, discriminación e incluso falta de voluntad para facilitar acceso al baño o al patio. Hay que mencionar que en 44 de las cárceles observadas durante 2019 se registraron 52 fallecimientos de reclusos, la mayor parte por enfermedad.
En todo el sistema, en 2019 se registraron 82 muertes. : Informe INDH sobre cárceles: en once recintos no hay camas para todos y existen variedad de plagas – INDH
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¿Cuál fue la primera cárcel en Chile?
Centro de Detención Preventiva Santiago Sur | |
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Antigua penitenciaría de Santiago | |
Antigua penitenciaría de Santiago | |
Localización | |
País | Chile |
Ubicación | Santiago Centro, Santiago, Chile |
Dirección | Pedro Montt 1902 |
Coordenadas | 33°28′28″S 70°39′34″O / -33.47434167, -70.65933611 |
Información general | |
Usos | Prisión |
Estilo | panóptico |
Construcción | 1843 |
El Centro de Detención Preventiva Santiago Sur, más conocido como la antigua penitenciaría de Santiago y coloquialmente como la Peni, fue creado en 1843 bajo el gobierno del General Manuel Bulnes, convirtiéndose en el símbolo del nuevo sistema punitivo que se intentó imponer durante el siglo XIX en Chile,
En su construcción se adoptó el modelo arquitectónico basado en el panóptico, es decir, varios patios distribuidos en forma circular en torno a una estructura central, desde donde se pudiera controlar a los reclusos. Es una de las prisiones más antiguas de Chile, una de las pocas de este tipo que quedan en la actualidad con estas características en el país.
Ella supuso la creación del actual sistema penitenciario, del que en un principio estaban a cargo funcionarios del Ejército, Con el tiempo y con el nacimiento del Cuerpo de Gendarmería de Prisiones el sistema carcelario sufrió drásticos cambios, que desembocaron en el que existe actualmente.
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¿Qué carceles son privadas en Chile?
Artículos Cárceles concesionadas en Chile: evidencia empírica y perspectivas futuras a 10 años de su creación Prison concessions in Chile: empirical evidence and future prospects 10 years after their creation * PhD Trabajo Social y Sociología, U. of Michigan.
- Investigador Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades Universidad San Sebastián (Chile) guillermo.sanhue[email protected] ** Socióloga Pontificia Universidad Católica de Chile.
- Investigadora asociada al Centro de Políticas Públicas Pontificia Universidad Católica de Chile (Chile) [email protected] Resumen: El presente artículo analiza el sistema de concesiones penitenciarias en Chile a 10 años de su creación con el fin de contribuir a la discusión pública respecto al futuro de este ámbito de la política penitenciaria.
Para ello, se utilizan datos secundarios de diversas fuentes, incluyendo el Estudio de Reincidencia de Paz Ciudadana y la Primera Encuesta de Calidad de Vida Penitenciaria. Nuestros hallazgos sugieren que (i) existe poca evidencia empírica respecto al funcionamiento de las cárceles concesionadas, (ii) estos recintos ofrecerían mejores condiciones de infraestructura y habitabilidad en algunos indicadores, (iii) las cárceles concesionadas exhibirían indicadores más deficitarios que sus contrapartes públicas en cuanto a acceso a servicios de salud, relaciones internos/ funcionarios, maltrato a internos y acceso a programas de reinserción.
A pesar del carácter no-concluyente de la evidencia presentada en este estudio, nuestro análisis sugiere que existen diversos aspectos del funcionamiento y desempeño de las cárceles concesionadas que deberían revisarse pues, este sistema llevaba la promesa de ofrecer “mejor reinserción social” que el sistema tradicional y a una década parece ser que esta promesa sigue sin cumplirse.
Finalmente, se proponen algunos puntos para alimentar la discusión en torno al rol de las cárceles concesionadas en la actualidad. Palabras clave: cárceles; Chile; sector privado; reinserción social; desempeño Abstract: This article analyzes the system of prison concessions in Chile 10 years after its creation in order to contribute to the public discussion regarding the future of this area of prison policies.
- To this end, secondary data are used from a variety of sources, including the Recidivism Study (Paz Ciudadana) and the First Survey of Prison Life.
- Our findings suggest that (i) there is little empirical evidence regarding the operation of private prisons, (ii) these facilities would offer better infrastructure and habitability conditions for some indicators, (iii) privately-operated prisons would exhibit more deficient indicators than their public counterparts in access to health services, internal relations / officials, mistreatment of inmates and access to rehabilitative programs.
Despite of the non-conclusive evidence presented in this study, our analysis suggests that there are several aspects of the functioning and performance of the franchised establishments that should be reviewed, since this system promised to offer “better social reintegration” than the traditional, public one.
After a decade it seems that this promise remains unfulfilled. Finally, some points are proposed to feed the discussion about the role of jails currently under concession. Key words: prisons; Chile; private sector; rehabilitation; performance Introducción El sistema de concesiones carcelarias acaba de cumplir 10 años de su instalación en Chile.
La promesa inicial del sistema de concesiones era la creación de una alianza estratégica entre el sector público y privado para generar sistemas carcelarios flexibles, creativos, rentables, eficientes, de mayor calidad y de menor costo respecto a sus contrapartes públicas.
- Lo que se buscaba lograr, era renovar los establecimientos y ciertas dinámicas de ellos para lograr estándares de calidad más altos, enfrentar los problemas de sobrepoblación, optimizar la seguridad en los recintos y mejorar los programas de reinserción 1 _ 2 _ 3,
- El sector privado se constituiría, así, como el aliado estratégico del quehacer estatal en temas de política penitenciaria, posibilitando que los objetivos de rehabilitación sean cumplidos de manera más eficiente.
Pues como sostiene Pavić, el debate e implementación de cárceles privadas solamente surge en contextos en los que el modelo tradicional no cumple con las expectativas de funcionamiento 4, Algunos han abogado, precisamente, por una expansión del mismo como respuesta a los problemas de hacinamiento y gestión que tendrían las cárceles públicas, confiando en la capacidad de los actores privados para solucionar las condiciones de habitabilidad de las prisiones públicas, sus problemas de hacinamiento y de gestión, mejorar la eficiencia y capacidad organizacional, lograr una mayor flexibilidad y apostar por el aporte que la experiencia y capacidad innovadora del sector privado, los que contribuyen al quehacer de Gendarmería 5 _ 6,
Otros han asociado el rol de los privados en las cárceles chilenas a una “hipertrofia del estado penal”, impulsando de manera excesiva el rol del estado en materia de manejo carcelario producto del incumplimiento de las expectativas que se preveían del sistema concesionado en términos de reinserción y calidad de vida.
Sin embargo, pocos estudios empíricos en nuestro país han abordado el funcionamiento del sistema de concesiones carcelarias. Así, el propósito de este artículo será revisar la evidencia desde datos secundarios para contribuir a este debate, promoviendo así un análisis de la situación actual de las cárceles concesionadas a 10 años de su implementación y en referencia a las expectativas que se tenían de este sistema.
Este artículo comienza con una revisión de antecedentes y una descripción del modelo de concesiones carcelarias en términos generales y sus particularidades en Chile; luego, analiza diversos “indicadores de desempeño” (infraestructura, acceso a programas, niveles de maltrato, reincidencia y otros) provenientes de la evidencia desde distintas fuentes secundarias, incluyendo el Estudio de Reincidencia de Fundación Paz Ciudadana 7 y la Primera Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Penitenciaria 8 _ 9,
Luego, en base a los datos disponibles, se analizan algunas fortalezas, nudos críticos y desafíos del sistema de concesiones. Finalmente, se elaboran algunas conclusiones de este estudio y se realizan algunas recomendaciones de política pública. Discusión bibliográfica El rol de los privados en las cárceles Las funciones de las cárceles privadas en el mundo dicen relación con generar alternativas adicionales al modelo carcelario clásico, en cual son instituciones estatales quienes se hacen cargo de manera exclusiva de los centros penitenciarios, muchas veces resolviendo el problema de la seguridad en las sociedades desde diferentes grados de eficacia y buscando que los actores sociales cooperen en conjunto.
- Así, se le quita al estado el deber exclusivo y el monopolio de la administración carcelaria 10,
- Sin embargo, existen diversos factores y contextos que inciden al momento de escoger la estrategia concesionada como opción de política carcelaria.
- En el mundo existen fundamentalmente tres diferentes modalidades de participación de los actores privados en instituciones penitenciarias: i) en primer lugar, está el sistema de leasing, muy utilizado en países latinoamericanos y en el cual la alianza con privados se da de manera que éstos diseñan, construyen y equipan los establecimientos penitenciarios sin intervenir en la operación del recinto, ii) la segunda modalidad es la de privatización, en la cual se delega en forma absoluta la administración del penal a los actores privados, relegando el rol estatal a la mínima intervención reguladora; este modelo se observa en Estados Unidos, e Inglaterra, iii) una tercera modalidad es de carácter mixto y consiste en la delegación a privados una parte importante de las tareas del penal o una “terciarización” de ciertas tareas, dejando a cargo de Gendarmería (o su equivalente en otro país) la facultad exclusiva de vigilancia y castigo.
Esta última modalidad “mixta” es la utilizada en algunas cárceles francesas y es la que fue adaptada para ser aplicada en nuestro país, generando de esa manera una alianza público-privada en la cual las responsabilidades quedan reguladas a partir de una Base de Licitación y un posterior contrato de licitación por 20 años.
Así, en Chile, el sistema de cárceles privadas funciona en base a una concesión otorgada a un privado para que dirija y administre una unidad penal, aunque esta sigue bajo la custodia de Gendarmería de Chile y, de manera más general, bajo la responsabilidad del estado. Se establece, así, una relación contractual en términos amplios, abriendo posibilidades a que existan múltiples formas de llevarse a cabo bajo diferentes contratos, estándares o características.
La experiencia internacional respecto a la privatización de las cárceles nos muestra que en Gran Bretaña, algunas cárceles tienen un régimen privado que abarca la mayoría de sus aspectos: intervienen en la construcción, manejo de las cárceles y contratación de personal.
En este país, la privatización carcelaria surgió en un periodo en que se aplicaron múltiples medidas neoliberales producto de una amplia fe en la competencia, las empresas y los incentivos; pero también con una amplia fe en este sistema desde el debate académico y político. Así, una de las medidas de Margaret Thatcher se basó en una consultoría que consideró que la mejor opción era la intervención privada no solo en la construcción de las cárceles, sino también en su manejo y la contratación de personal.
Actualmente, son 11 las cárceles manejadas por privados en ese país. En el caso de España, no resulta riguroso hablar de privatización, a pesar de que la participación estatal va disminuyendo cada vez más. Los orígenes de la participación de privados en el sector penitenciario se remonta a los siglos XIX y XX.
- Sin embargo, en los ochenta ha comenzado una progresiva colaboración privada en los recintos penitenciarios, lo cual perdura hasta hoy en ámbitos de construcción, contabilidad, cocina y cafetería como servicios proveídos por empresas privadas.
- En Francia coexiste un formato privado con uno público: el gobierno mantiene y contrata a los internos mientras las empresas diseñan, construyen y equipan la infraestructura; además del subcontrato de algunos servicios bajo la idea de que esta división de tareas permite que cada uno de los actores se enfoque de manera total a su quehacer.
Así, coexisten a la vez cárceles administradas y gestionadas de manera centralizada, como también un sistema mixto en el cual el gobierno se encarga del mantenimiento y control de los internos y los privados diseñan, construyen y equipan las instalaciones penitenciarias, subcontratando los otros servicios adicionales exceptuando la seguridad.
Este sistema funciona desde los 90´s y hacia el año 2007 los establecimientos de tipo mixto albergaban al 25% del total de la población penitenciaria. Voces a favor y en contra Algunas voces a favor de las alianzas público-privadas de los centros penitenciarios argumentan que la concesión del sistema penal permite reunir estrategias del sector privado y del público, construyendo de esa manera una gestión mixta en que los privados se encarguen del aspecto económico-administrativo y la ejecución penal sea de carácter público.
A su vez, en un análisis más económico desde la Public Choice Theory, existe la expectativa de que los privados sean más eficientes y racionales en la prestación de servicios carcelarios que los organismos públicos: pues la competencia impulsaría una mayor eficiencia administrativa y también permite evitar que los internos estén forzados a aceptar una peor calidad de servicios por provenir desde un único prestador público.
Otras voces promotoras han señalado que un manejo privado de las cárceles disminuiría los aspectos burocráticos y traería como consecuencia una mayor flexibilidad respecto a la satisfacción de necesidades 11, Además de los argumentos relativos a la eficiencia y al costo-efectividad de este tipo de alianzas, la flexibilidad y dinamismo resulta un argumento a favor de la participación de los privados: el sector privado respondería de manera más rápida y adecuada las necesidades, promoviendo la creatividad, corrigiendo los problemas y dando más espacio a nuevas ideas sin una estructura tan burocrática.
A su vez, hay quienes destacan que esta alianza fortalece la rendición de cuentas y transparencia respecto a las instancias únicamente estatales, además de disminuir los espacios para corrupciones. Finalmente, un último argumento a favor de las alianzas público-privadas es que los sistemas de seguridad implementados y gestionados por los privados contarían con profesionalismo, tecnología y entrenamiento de mayor efectividad que los servicios públicos.
Entre quienes critican el sistema privado, han señalado que no existiría una disminución efectiva de los costos a largo plazo, pues los privados deberían incurrir en gastos operativos y de gestión que el sistema público tiene cubiertos de antemano; en este sentido, debido a que el estado tradicionalmente se ha hecho cargo de las cárceles, suele tener una experticia acumulada en el tema que incluye una estimación y consideración de gastos operativos tales como salarios, capacitaciones, sistemas operativos y de gestión; los privados, por otra parte, carecerían de esa experticia y tendrían que entrar a conocer e invertir en una variedad de ítems que no son inmediatos de estimar.
En términos de su desempeño moral, un estudio comparativo llevado a cabo por Liebling y Crewe el año 2012 revela que las cárceles de carácter público obtuvieron mejores resultados que su comparación entre los privados, principalmente en lo relativo a la lealtad y profesionalismo del personal.
- Así también, las cárceles privadas tendrían comparativamente un mejor trato y mayores niveles de respeto que en las cárceles tradicionales.
- Por otro lado, ellos encontraron menores niveles de profesionalismo en los equipos técnicos de las cárceles privadas; menor profesionalismo del staff; una alta y mayor rotación del personal; una débil oferta de reinserción; mayor percepción de injusticias por parte del staff; y también mayores debilidades en materias de seguridad y control, lo cual según los autores vuelve a las prisiones privadas peores que sus contrapartes estatales a nivel agregado.
Además, según los autores, en estos establecimientos se replicarían problemas de la cultura carcelaria y de drogas presentes también en las cárceles tradicionales 12, Sin embargo, la cultura organizacional resulta muy diferente entre ambos sistemas y desde la evidencia de Liebling y Ludlow, es más estable y positiva en el caso de las cárceles públicas, con menores índices de estrés y frustración.
- Además, un mayor uso de autoritarismo estaría presente entre los privados que en los organismos públicos 13,
- Antecedentes y descripción del modelo de concesiones carcelarias en Chile En Chile, el sistema de concesión de cárceles nace en el año 2000 como respuesta a los graves problemas de hacinamiento que enfrentaba el sistema penitenciario en aquel entonces.
En noviembre del año 2005 se inaugura el primer centro penitenciario concesionado en la ciudad de Rancagua, dando así cumplimiento al primer paso de uno de los ejes principales de la política pública en la agenda de justicia 2006-2010 y viéndose secundado por la concreción de los demás centros concesionados que existen actualmente.
La idea era contar con una mejor infraestructura, que permita una segregación penal para evitar el “contagio criminógeno”, el cual sería inherente a todo sistema penitenciario mal operado. Además, se esperaba de estas instituciones una mejor capacidad para adaptarse a realidades locales, una mayor inversión en tecnología y seguridad, contar con ventajas comparativas de gestión, lograr una mayor eficiencia y mejorar la calidad de vida y el hacinamiento que caracterizan a las cárceles tradicionales chilenas 14,
El modelo chileno de concesiones penitenciarias correspondería a un modelo mixto donde mientras la custodia corre por cuenta de Gendarmería de Chile, la intervención psicosocial y la provisión de servicios a la población penal están a cargo de la empresa concesionaria.
Este surgió de la promesa de avanzar en eficiencia y enfocar los esfuerzos de rehabilitación a la población penal, resguardando la seguridad ciudadana y los derechos fundamentales de los internos, modernizando las dependencias penales y la segmentación de los internos y planteándose la misión de generar proyectos de capacitación y reinserción social más efectivos.
Así, los contratos entre los actores privados y las instituciones públicas serían del tipo B.O.T ( Build, Operate and Transfer ), que consiste principalmente en que un privado construya y explote la obra pública y, finalizada la concesión, le entregue la obra al Estado para que lo concesione nuevamente.
Este modelo se implementó en el marco de una búsqueda por aumentar la capacidad de innovación de las cárceles, para rescatar los aportes en eficiencia del sector privado y poder desempeñar de mejor manera aquellos ámbitos que queden relegados al estado. Se buscaba también aumentar los actores participantes en materia de centros penitenciarios.
Finalmente también se buscaba focalizar y/u optimizar los recursos materiales, económicos y humanos de los que dispone el estado. De esta forma, la división de roles quedó concretada en que el Estado se encarga de la vigilancia, seguridad y administración del establecimiento (a cargo de Gendarmería de Chile), y debe fiscalizar y controlar el cumplimiento de estándares, además de pagar semestralmente a los concesionarios.
- Por su parte, los actores privados deben diseñar, construir y equipar los establecimientos, generar un manual operativo para capacitar al personal de Gendarmería, mantener la infraestructura y equipamiento, proveer servicios alimenticios, de salud y de reinserción social.
- Actualmente, existen tres grupos de concesiones privadas operando cárceles en nuestro país.
El grupo 1 está compuesto por los centros penitenciarios de Alto Hospicio, La Serena y Rancagua, los cuales funcionan desde el año 2006 y tienen capacidad para más de 5.000 internos. El grupo 2 opera los penales de Antofagasta y Concepción, con capacidad para 2.350 internos.
- Finalmente el grupo 3 desarrolla su trabajo en los penales de Santiago 1, Valdivia y Puerto Montt, los cuales operan desde el año 2007 con capacidad para más de 5.000 internos.
- En términos de la población que albergan, las cárceles concesionadas en el país (al 31 de Enero del 2016) concentraban a un 24,6% del total de condenados del país y a un 48,2% del total de imputados/as, con 7.617 internos condenados y poco más de 6.200 imputados 15,
En referencia a la implementación de este sistema en Chile, Arriagada 16 sostiene que la estrategia de cárceles concesionadas se origina como parte de una serie de políticas neoliberales y un espíritu basado en nociones de que es el sector privado el encargado de complementar el quehacer del estado.
- Así, la finalidad de la privatización carcelaria era sustituir los defectos administrativos del estado y entregar soluciones más eficaces, generando un espacio para la contribución de los privados en el manejo de los centros penitenciarios.
- Esto a su vez pone sobre la mesa un debate ético respecto a la existencia de lucro en el castigo, así como un cuestionamiento a la manera en que el sector público se está haciendo cargo del tema.
El rol del sector privado en las cárceles y los debates asociados a este han sido largamente discutidos en mayor profundidad en otros trabajos previos, tanto del extranjero como de Chile 17, Sin embargo, existen pocos trabajos que presenten evidencia empírica respecto a algunos aspectos de funcionamiento de las cárceles concesionadas en Chile.
Nuestro trabajo ofrece una revisión de fuentes secundarias que analizan el rol de los privados en las cárceles. Metodología Este artículo hace un análisis de fuentes y datos secundarios para analizar empíricamente el sistema de concesiones en Chile y su funcionamiento en base a diversos indicadores proxies de desempeño, como son las condiciones de habitabilidad, el acceso a programas, los niveles de reincidencia, la violencia entre internos al interior de los penales, y los niveles de maltrato de funcionarios del estado hacia los reclusos.
INSPECCIÓN A NUEVA CÁRCEL DE TALCA
Las fuentes principales de análisis fueron la Primera Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Penitenciaria, el estudio de reincidencia de Paz Ciudadana y el BID, el estudio de reincidencia de Gendarmería 18, el análisis de Oliveri y la investigación de Martínez y Espinoza, entre otros.
- La Primera Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Penitenciaria fue llevada a cabo el año 2013 a 2.093 personas privadas de libertad de 75 cárceles chilenas a lo largo del país.
- De esos 75 centros penitenciarios, 69 se regían por el sistema tradicional y 6 eran centros concesionados (Alto Hospicio, La Serena, Rancagua, Biobío, Valdivia, Puerto Montt).
En términos totales, hubo un 77,7% de tasa de respuesta, logrando un 71,2% de tasa de respuesta en cárceles concesionadas (n=228). Resultados: análisis descriptivo La Tabla 1 muestra los principales estadísticos descriptivos de indicadores de Habitabilidad (percepción sobre la infraestructura y habitabilidad; acceso y calidad de los servicios de salud; y el acceso y trato a las visitas), Violencia Carcelaria ( niveles de maltrato físico y psicológico experimentados al interior de la cárcel; percepción sobre la calidad de la relación con los funcionarios uniformados; violencia entre internos; violencia desde funcionarios; y presencia de castigos y violencia en los allanamientos) y el Acceso a programas de reinserción en la cárcel, comparándolos según se trate de un sistema tradicional o uno concesionado mediante una prueba T de Student para muestras independientes. Fuente: Elaboración propia a partir de la Primera Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Penitenciaria 2013. Las cárceles concesionadas de la muestra = Alto Hospicio, La Serena, Rancagua, Bio-Bio, Valdivia y Puerto Montt (**) valor significativo 95% de confianza – (***) valor significativo 99% de confianza.
Habitabilidad Los estadísticos descriptivos de las variables elegidas para este estudio muestran que, en las cárceles concesionadas, existe una percepción sobre la infraestructura penitenciaria cuyo promedio es de 5,3, la cual es bastante cercana al valor promedio del sistema en general (5,4 en una escala 0-9 donde valores más altos indican una mejor percepción) y al promedio de 5,4 presente entre las cárceles tradicionales.
Estas diferencias no resultan estadísticamente significativas al 95% de confianza (p=0,5; t=0,5). A pesar de que no se reportaron diferencias estadísticamente significativas en el indicador agregado de la percepción de infraestructura y habitabilidad, al examinar el detalle y de manera desagregada dicho índice, se observan diferencias entre ambos sistemas para las variables temperatura, calidad de comida y cantidad de la comida, aspectos en los cuales las cárceles tradicionales se posicionan mejor en comparación a las concesionadas.
(Ver tabla 2 ). Sin embargo, en lo relativo a la presencia de baños en buen estado, limpieza del lugar en que duerme y acceso diario a una ducha, desde la evidencia de la encuesta de Percepción de calidad de vida penitenciaria es posible constatar que las cárceles concesionadas presentan una ventaja significativa en relación a las tradicionales (Ver tabla 2 ).
Tabla 2 Indicadoresdesagregados de percepción de infraestructura y habitabilidad según tipo de cárcel Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta de Percepción de Calidad de Vida en Personas Privadas de Libertad 2013. (*) Significancia al 90% de confianza (**) Significativo al 95% de confianza (***) Significativo al 99% de confianza. En lo referente al acceso y calidad de los servicios de salud que reciben los internos, el valor promedio para las cárceles concesionadas fue de 2,4, lo cual se contrapone a un promedio nacional que alcanzó 2,3 (en una escala de 1 a 3 donde valores más altos indican una percepción de peores servicios de salud).
Las cárceles tradicionales consideradas en la muestra tuvieron un promedio de 2,2 en el indicador de salud, lo que evidencia que existen diferencias estadísticamente significativas (p=0,0; t=-2,9) que muestran peores percepciones del servicio de salud en las cárceles concesionadas que en las tradicionales.
Por otro lado, en el caso de acceso y trato a las visitas (Variable cuya escala de 1 a 3 donde los valores más altos representan mejor acceso y trato a visitas), el promedio de las cárceles concesionadas es de 1,9 y en las cárceles tradicionales es de 2,3.
Esto quiere decir que en lo respectivo a las visitas, las cárceles concesionadas reportan significativamente peores resultados que las tradicionales de la muestra (al 95% de confianza, donde p=0,0; t =6,0). Violencia carcelaria Asimismo, en cuanto a los niveles de maltrato físico y psicológico experimentado al interior de la cárcel el valor promedio para las cárceles concesionadas fue de 1,5 versus un promedio nacional que alcanzó 1,4 (en una escala de 0-4 donde valores más altos indican una percepción de mayor maltrato).
Las cárceles tradicionales consideradas en la muestra tuvieron un promedio de 1,3 en el indicador de maltrato, lo que deja en evidencia que este tipo de malos tratos se darían con mayor fuerza en el caso de las cárceles concesionadas que en su contraparte estatal, de manera significativa al 95% de confianza (p=0,0; t= – 2,0).
En cuanto a la media de percepción sobre la calidad de la relación con los funcionarios uniformados, los datos muestran un valor de 2,0 para las cárceles privadas (en una escala 1-3, donde 1 es “buena relación” y 3 constituye “mala relación”), lo cual es superior al 1,8 de promedio nacional en la muestra.
En el caso de las cárceles tradicionales, el promedio es de 1,8, lo que mediante un test t al 95% de confianza resulta significativamente menor al de las cárceles concesionadas (p=0,0; t=-3,5), dejando en evidencia que la relación con funcionarios sería peor en los centros concesionados que en el sistema tradicional.
Por otro lado, los auto-reportes de internos/as en cuanto a haber sufrido ya sea violencia física o psicológica de parte de otros internos(as) no presentó diferencias estadísticamente significativas entre ambos sistemas. Esto es un punto a favor de las cárceles concesionadas y que podría explicarse por las mejores condiciones de infraestructura y segregación.
Lo mismo ocurre con la presencia de violencia durante los allanamientos, lo que no muestra diferencias estadísticamente significativas. Respecto al maltrato de parte de funcionarios, se reportan promedios más bajos en las cárceles tradicionales que en las concesionadas de la muestra, lo cual considerando la escala de la variable (0 indica ausencia de malos tratos desde funcionarios y 1 indica la presencia de estos), posiciona a las concesionadas (promedio 0,6) en un panorama de mayor violencia desde los funcionarios que las cárceles tradicionales (promedio 0,5), significativo al 95% de confianza (p=0,0; t=-2,2).
La presencia de castigos (0 indica ausencia de estos y 1 presencia de castigos), muestra que las cárceles concesionadas poseen un promedio mayor número de castigos (0,5) que las tradicionales (0,4). Así, es posible constatar que dentro del sistema concesionado el sistema de castigos persiste con mayor fuerza que en los centros penitenciarios tradicionales (p=0,0; t=-2,5) al 95% de confianza.
Finalmente, en relación a la violencia en los allanamientos, es posible que el promedio es igual en las cárceles concesionadas y en las tradicionales (0,5) de la muestra. Considerando que la variable está medida con el valor 0 para la ausencia de violencia y valor 1 para la presencia de ésta, es posible constatar que existen diferencias estadísticamente significativas.
Acceso a programas En cuanto al acceso a programas de reinserción en la cárcel, se presentan datos de la Primera Encuesta de Calidad de Vida Penitenciaria. Esta variable fue un indicador compuesto que iba de 0-6, donde 0 representa participación en ningún programa y 6 una participación en 6 programas diferentes, incluyendo capacitación laboral, trabajo remunerado, actividades deportivas, asistencia a la escuela penal, taller psico-social y taller artístico-cultural.
El resultado muestra que el promedio de acceso en las cárceles concesionadas fue de 1,5 mientras que, en el caso de las cárceles tradicionales, el promedio fue de 1,8. Esta diferencia fue estadísticamente significativa y representa evidencia preliminar de que las cárceles concesionadas presentarían un menor de acceso a programas de reinserción social en comparación con las tradicionales (p=0,0; t=0,2).
Ahora bien, para conocer en qué aspectos específicos de los programas ambos sistemas diferían, se llevaron a cabo una serie de análisis de pruebas t para muestras independientes (ver tabla 3, más abajo). En ellos, aparecen diferencias estadísticamente significativas (al 95% de confianza) en favor de las cárceles tradicionales en tres de los seis programas considerados: i) porcentaje de internos que participan de programas de trabajo remunerado (31,5% en tradicionales y 21,5% en concesionadas; p=0.0), ii) porcentaje de internos que participan de actividades deportivas (45,5% en tradicionales y un 36,7% entre las concesionadas; p=0.0), y iii) porcentaje de internos que participan de actividades artísticas o culturales (20,4% en cárceles tradicionales y 13,9% en el caso de las concesionadas; p=0.0), todas significativas al 95% de confianza.
Para el resto de los programas que componían el índice de acceso a programas (capacitación laboral; asistencia a la escuela penal; talleres psicológicos o sociales; taller de reunificación familiar) no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre ambos sistemas. Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta de Percepción de Calidad de Vida en Personas Privadas de Libertad 2013. (*) Significancia al 90% de confianza (**) Significativo al 95% de confianza (***) Significativo al 99% de confianza Un informe de la DIPRES que busca evaluar los programas de rehabilitación y reinserción social mostraba además que en las Cárceles Concesionadas, la tasa de internos por cada asistente social es menor a la que tendrían las cárceles tradicionales 19,
Estos hallazgos coinciden parcialmente con lo encontrado por Oliveri, en el sentido que no ha sido posible constatar diferencias entre cárceles concesionadas y privadas en el diseño de los programas de reinserción, ni tampoco ha sido posible conocer los motivos por los que no se han cumplido las metas de los concesionados en ese aspecto.
Oliveri también evidenciaba una alta rotación de los profesionales y equipos técnicos, lo que dificulta las intervenciones psico-sociales a los internos. Asimismo, reconocía la necesidad de profesionales altamente especializados y un aumento del número de profesionales enfocados en labores de reinserción, como también aumentar el porcentaje del presupuesto designado para ese quehacer.
- Así, en las cárceles concesionadas habría una oferta programática que no se estaría adaptando a realidades nacionales y locales, faltando prestaciones y profesionales para generar un adecuado plan de rehabilitación y reinserción.
- De todos modos, los porcentajes de internos que han participado de programas del sistema en su totalidad presentan porcentajes relativamente bajos.
Aunque de la encuesta no se conocen las razones de la no-participación, una de las hipótesis que explicaría estos bajos guarismos tendría que ver con la poca centralidad que tiene actualmente la labor de reinserción de los centros penitenciarios. De acuerdo al Instituto Nacional de Derechos Humanos en su Informe de Condiciones Carcelarias 2013, si bien en las cárceles concesionadas la mayoría de los/as internos/as cuenta con un diagnóstico psicosocial (el cual es elaborado al momento de ingresar a cumplir la condena al establecimiento), los/as internos/as declararon en su mayoría que no cuentan con oferta psicosocial permanente, sino solo cuando tienen cumplido el tiempo mínimo para postular a beneficios intrapenitenciarios.
- En otras palabras, los internos/as se quejaban de recibir escasa atención por parte de psicólogos/as y asistentes sociales.
- A partir de los datos recolectados, el acceso a los programas de reinserción constituye, quizás, el aspecto más problemático de las cárceles privadas pues, en ninguno de los seis programas que forman el índice las cárceles privadas presentan porcentajes de participación mejores que sus contrapartes públicas tradicionales; en tres de ellos, inclusive, el sistema penitenciario tradicional muestra mayor participación (trabajo remunerado, actividades deportivas y actividades artístico-culturales).
Esto adquiere particular relevancia en tanto las expectativas del sistema penal concesionado en el país tenían una fuerte inclinación hacia que se potencien los programas de reinserción y rehabilitación, posicionándose como una de las principales promesas de estos.
- Rendición de cuentas y costos A partir de la evaluación realizada por Paz Ciudadana el año 2013 es posible considerar que el tema de la rendición de cuentas sería una complicación de este sistema en tanto el estado desconoce la manera en que efectivamente se llevan a cabo los recintos.
- El mismo informe de Paz Ciudadana del año 2013 tematiza el riesgo de que exista lucro o generación de ganancias con el sistema penal: existe un conflicto de intereses entre la calidad de los servicios entregados y las motivaciones de generar la mayor ganancia a costa de estándares que se degraden.
Finalmente, dicha evaluación señala que la privatización de los centros penales dificulta la coordinación de otras agencias públicas, además de dejar en evidencia que se corre el riesgo de dar un giro desde el monopolio del estado hacia el monopolio de un privado.
De acuerdo a Prado, “() la alternativa de solución concesionada no ha resuelto el problema hasta la fecha: no ha cumplido con las metas y plazos programados; además de tener un costo mayor al de las cárceles tradicionales” 20 cuestionándose, por ende, la eficiencia y eficacia en la que estaban puestas las expectativas de la colaboración de los privados al quehacer público en el sistema carcelario.
Esto, tomando en consideración que se esperaba que las cárceles concesionadas albergaran al 34% de toda la población privada de libertad 3 y actualmente solamente albergan al 24,6%.3.5. Reincidencia Dentro de los pocos estudios que se tienen noticia sobre la evaluación de las cárceles concesionadas en Chile se encuentra el trabajo realizado por la Fundación Paz Ciudadana el año 2013, donde se compararon los niveles de reincidencia delictual por tipo de cárcel (pública v/s concesionada).
- Dentro de los principales hallazgos estaba el hecho de que los niveles de reincidencia no presentaban diferencias significativas asociadas al tipo de cárcel que habitaron.
- La metodología utilizada en dicho estudio fue cuasi experimental como respuesta a la imposibilidad de contar con dos grupos asignados completamente asignados al azar en el sistema penitenciario chileno.
Entre las ventajas de usar cuasi-experimentos se cuenta que proveen una buena alternativa cuando la aleatoriedad no es posible (como es el caso de las cárceles chilenas), siendo recomendados para evaluar resultados a nivel de programas. De este modo, el estudio intentó controlar efectos del recinto y de variables individuales en la reincidencia, ofreciendo una primera aproximación confiable a la pregunta acerca de los niveles de reincidencia en cárceles públicas versus concesionadas.
Otro estudio de reincidencia realizado por Gendarmería de Chile en 2013 mostraba que existían diferencias estadísticamente significativas en la tasa de reincidencia entre ambas modalidades de cárceles, posicionando a las concesionadas casi 3 puntos porcentuales por encima de su contraparte tradicional.
La tasa de un 41,1% de reincidencia para las concesionadas se contrapone al 38,2% en el caso de las cárceles tradicionales (chi: 0,003), y dichos resultados se dan incluso tras comprobar que variables tales como el compromiso delictual, el tiempo de condena y la conducta de los internos se comporta de manera homogénea para ambos tipos de administración.
- Un elemento a tener en consideración es que este estudio realizó un periodo de seguimiento de dos años, versus los tres años que, usualmente, son los empleados en este tipo de análisis.
- Dicho de otra forma, aun cuando debido a factores como la asignación no-aleatoria de los reclusos ninguno de los dos estudios citados logró aislar totalmente los posibles efectos de variables individuales en los niveles de reincidencia futuras y/o el “efecto cárcel” (multinivel) sobre las trayectorias individuales, la evidencia empírica disponible a partir de ambos trabajos respecto a la efectividad de las cárceles concesionadas en cuanto a disminuir la reincidencia sugiere que no habrían diferencias entre ambos sistemas, lo cual supone un revés a la promesa inicial del sistema concesionado de brindar más reinserción.
En este sentido, futuros estudios podrían incorporar análisis multinivel y/o estudios longitudinales, con el fin de profundizar los análisis y robustecer las conclusiones respecto a la influencia de los recintos, incorporando a su vez análisis adicionales respecto a otras variables -como el vecindario al cual llegan- que impactan en los procesos de reinserción.
Conclusiones y discusión El propósito central de este artículo era ofrecer un análisis del sistema de concesiones penitenciarias a 10 años de su creación, fundamentalmente en base a datos secundarios. Hicimos este artículo pensando en la necesidad de un debate sincero en torno al rol que se espera de los privados en cuanto a la política penitenciaria y la reinserción social, dilucidando y explicitando la filosofía detrás de la existencia de este sistema y las expectativas frente a este para los próximos años.
En otras palabras, si el país ha de tener cárceles concesionadas, es importante clarificar y explicitar qué debería esperarse de ellas. La incorporación de actores privados en la construcción y administración de cárceles ha traído mejoras visibles en términos de infraestructura penitenciaria.
- Así, dentro de las fortalezas del sistema de concesiones destaca la buena percepción de los internos respecto a aspectos de la infraestructura tales como el espacio y privacidad de las celdas, el estado de los baños, la posibilidad de ducharse diariamente y el poder dormir en un lugar limpio.
- Por otra parte, y de acuerdo a la evidencia empírica recolectada, algunos nudos críticos del sistema concesionado tienen que ver con el porcentaje de internos que han reportado maltrato de los funcionarios penitenciarios; con el acceso y calidad a servicios de salud; y con el acceso y calidad de la oferta de intervención psicosocial para los internos/as, todo lo cual parece está mejor posicionado en el sistema tradicional que en el concesionado y que amerita una revisión en el marco de las expectativas que se tenían en torno a las cárceles concesionadas en sus inicios.
En lo relativo al acceso a programas de reinserción, es posible constatar que en ninguno de los indicadores analizados se cumple de manera significativa una de las principales promesas de este sistema: mejorar las intervenciones encaminadas a la reinserción social.
- Así, los beneficios de flexibilidad y mejoras en la gestión que el sistema concesionado iba a enfocar en los programas de reinserción, no han sido corroborados desde el presente estudio.
- Los estudios empíricos en cuanto a los niveles de reincidencia resultados poco concluyentes, tanto en Chile como en la evidencia internacional.
Por lo general, el indicador utilizado para evaluar el desempeño de las intervenciones de reinserción y rehabilitación es la reincidencia delictual, la cual la cual tiene una gran limitación metodológica en estos casos debido a que la asignación de individuos a los centros penitenciarios no es aleatoria.
La realización de evaluaciones comparativas y debates profundos en este tema permitirán el debido encauzamiento de los esfuerzos y las modificaciones a realizar para lograr las metas sociales y políticas en torno al quehacer penitenciario. Es necesario comprender esto en tanto “() una política no solo implica el uso de la autoridad del Estado, sino que es el reflejo del choque de intereses en conflicto y de consecuencias distributivas (); es decir, las decisiones políticas y éticas, en conjunto con las técnicas, modelan cada política” 21,
Pues para lograr cambios reales en materia de política pública penitenciaria, resulta necesario que exista debate y los diversos actores involucrados aporten a profundizar el intercambio de ideas y la solución más coherente con la sociedad. En este sentido, pensamos que es importante examinar los incentivos que tienen las cárceles para rehabilitar a los internos.
Aunque este es un llamado general al sistema penitenciario, este se da con mayor énfasis para el caso de las concesionadas en tanto cuentan con una infraestructura y tecnología que lo permite y también porque son un espacio de innovación que posibilita la concreción de mejoras en aspectos en que el sistema tradicional no está respondiendo de la manera más adecuada.
Quizás, como no queda tan claro de la evidencia empírica revisada si los internos de cárceles concesionadas están reincidiendo menos que aquellos que cumplen condenas en cárceles públicas, sea el momento de pensar en nuevos indicadores de performance que sean proxies de reinserción social, tal como lo propone Liebling con su concepto de “desempeño moral de las cárceles” o como señalaba Dammert y Díaz 22 en el sentido de “invertir en presos y no en cárceles”.
Es necesario que la reinserción sea un tema central dentro del quehacer de las cárceles concesionadas y los esfuerzos tanto desde Gendarmería como desde los grupos de concesiones vayan en esa línea, de manera coordinada y efectiva. En esta línea, sostenemos que las cárceles concesionadas necesitan establecer y/o mejorar los incentivos para reclutar y mantener buenos profesionales dentro de sus equipos técnicos.
Esto va enmarcado en que las intervenciones psicosociales requieren de la permanencia de los profesionales de calidad y dada la evidencia proporcionada por Paz Ciudadana y Oliveri de que comparativamente los recintos concesionados presentan mayor rotación de profesionales que los recintos tradicionales.
Además, a partir de una serie de entrevistas informales con personal penitenciario que trabaja en cárceles concesionadas, se recalca la importancia de reforzar la coordinación interna de Gendarmería de Chile con las empresas concesionarias; solo con una sincronía en el quehacer de ambos actores es posible alcanzar un funcionamiento adecuado de los centros penitenciarios y lograr el cumplimiento adecuado de las metas existentes en torno a la realidad carcelaria y la reinserción, combinando así lo mejor de la gestión de los públicos y los privados.
También pensamos que sería provechosa la existencia de una mayor proactividad del sistema concesionado para coordinarse con actores fuera del sistema penitenciario, incluyendo municipios y empresas privadas. Esta coordinación de los actores sería provechosa para el cumplimiento del propósito de reinserción social, gestión carcelaria y calidad de vida penitenciaria entre otros aspectos, enmarcando así una política social carcelaria con actores múltiples y diversos, con miras a la reinserción social efectiva.
- Este estudio analizó el funcionamiento del sistema concesionado en base a evidencia empírica de fuentes secundarias.
- Estos hallazgos, no obstante, deben ser entendidos en el contexto de algunas limitaciones: en primer lugar, la mayor parte de la evidencia empírica analizada corresponde a estudios transversales, lo cual limita la posibilidad de examinar tendencias.
En segundo lugar, la mayor parte de la (escasa) evidencia empírica es cuantitativa y, en este sentido, nuevos estudios de tipo más cualitativos o mixtos pudieran aportar a responder algunas preguntas relativas al cómo o porqués de algunas asociaciones que resultaron significativas estadísticamente.
- En tercer lugar, es posible que el efecto positivo de programas o intervenciones específicas que pudieran estar ocurriendo al interior de algunas cárceles concesionadas permanezcan aún invisibles en medio de datos agregados a nivel de toda una cárcel.
- Dadas estas limitaciones resulta aventurado para nosotros emitir una opinión acerca de si se debe o no terminar el sistema privado de cárceles en Chile.
Si la concesión de cárceles ha de seguir operando, nuestros hallazgos sugieren que este sistema tiene aún gran parte de su inicial promesa sin cumplir y si este modelo ha de mantenerse, deberían hacerse importantes mejoras en diversos aspectos de su funcionamiento.
Así, por ejemplo, se podrían perfeccionar los incentivos para que el privado invierta en presos y no en cárceles 18 y se logren, de este modo, avances más efectivos en materia de reinserción social y disminución de la reincidencia. Agradecimientos Este artículo fue posible gracias al financiamiento de Conicyt, a través de Fondecyt Iniciación #11150840.
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La palabra, como tal, proviene del latín complexus, participio pasado de complecti, que significa ‘enlazar’, como ejemplo de lo complejo se diría “el estudio del universo es complejo”, por la cantidad de aspectos y variables físicas que intervienen, y, b) Desde el punto de vista psicológico, el complejo, se refieren al conjunto de sentimientos inconscientes, adquiridos por experiencias vividas en algunos casos desde la infancia y que influyen sobre la personalidad y por contera con su comportamiento social; en cuanto a la clasificación se pueden dar cuatro (4) clases de complejos a saber: Complejo de inferioridad, complejo de culpa, complejo de éxito y complejo de ignorancia.
La palabra complejo fue aplicada por primera vez a la psicología por Carl G, como ejemplo de complejos mencionaría: El complejo de Electra y el de Edipo son conceptos que se desarrollan desde el psicoanálisis. Ambos se refieren a la cantidad excesiva de deseos amorosos que tiene una niña hacia su padre (complejo de Electra) y un niño hacia su madre (complejo de Edipo); ahora bien, ¿Qué significa complejo de alguien? Coloquialmente, se dice que una persona tiene un complejo cuando se cree poseedora de cierto defecto, físico o psicológico, o cuando subestima su capacidad, quedándole resentida la autoestima y sintiéndose, en muchas ocasiones, inferior a otras personas.
Con todo este preámbulo llegamos, a la antesala del “complejo de preso”, que sería lo que llamamos ¿el síndrome del preso? Que ocurre cuando el preso finalizó su condena y nadie lo esperaba en la puerta de salida,»Además del peso de las maletas, está el peso del tiempo, la tristeza y la terrible soledad», comenta.
«Es volver para atrás, por eso te cierran la puerta rápido cuando vos salís». Y se da cuando dentro de la prisión el preso experimenta que se encuentra solo en el mundo real, sin nadie que lo espere a la salida. Este miedo, conocido como el «síndrome del preso», supone una pérdida de autoestima para los presos.
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Localización | |
País | Colombia |
Ubicación | Cómbita, Boyacá |
¿Cómo murió Mosca loca?
Represión del motín – Durante la noche, a las 9:50 p.m., la Guardia Republicana informó a los amotinados que accedían a entregarles un vehículo. Ingresó una camioneta policial pero, lejos de ser un vehículo para la fuga, se encontraba ocupado por personal de la Guardia fuertemente armado y equipado con bombas lacrimógenas.
- Luego del ingreso, se cortó el fluido eléctrico del penal y se procedió a abrir fuego tanto por parte de los efectivos que habían ingresado en el vehículo como de aquellos que estuvieron apostados todo el día en el muro del penal.
- La principal tarea del grupo de asalto era individualizar a los rehenes y alejarlos de la zona de enfrentamiento.
Durante el operativo, los familiares de rehenes y reclusos que estaban en los exteriores de la cárcel cayeron en la desesperación. La operación tuvo un resultado positivo al lograr el progresivo rescate de los rehenes, algunos de los cuales, se encontraban heridos de gravedad como la psicóloga Amelia Ríos de Coloma quien había recibido una bala en la mandíbula.
De entre los reos que fueron tomados como rehenes, Nuñez Baraybar y Díaz Martínez fueron rescatados ilesos. No obstante, Guillermo Cárdenas Dávila, alias Mosca Loca, fue degollado por los amotinados quienes mantenían rencillas con él debido a la posición de poder que tenía dentro de la prisión. A las 00:30 a.m.
del 28 de marzo, el motín había sido develado dejando un saldo total de 22 fallecidos y 40 heridos.
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¿Por qué Gabriel fue recluido en la cárcel?
“El Sexto” de José María Arguedas es el libro de la semana “El Sexto” narra la experiencia carcelaria de Arguedas entre 1937 y 1938. (Foto: Bereniz Tello) Con motivo del aniversario 482 de Lima, durante todo el mes de enero, la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana reseñará diferentes libros en homenaje a la capital.
- Esta semana, coincidiendo con el nacimiento de José María Arguedas (1911-1969), presentamos su cuarta novela, El Sexto (1961), que cuenta una marcante experiencia en la ciudad de Lima.
- Por Manuel Barrós Alcántara, Biblioteca Mario Vargas Llosa El Sexto es una novela corta que narra la experiencia carcelaria de Arguedas entre 1937 y 1938 en uno de los penales más conocidos de la capital.
Gabriel Osborno, alter ego del autor, es un estudiante universitario que fue preso por su actividad como líder estudiantil. Joven e idealista, la prisión significará para él conocer de cerca el mundo criminal. Obligado a convivir con asesinos, maleantes y detenidos de todo tipo, Gabriel ve amenazada su vida y su sensibilidad al entrar en contacto con la escoria criminal de la cual empieza a formar parte.
En el desarrollo del relato encontramos tres ejes constitutivos que nos dan a conocer esa experiencia: los diversos registros políticos de lo carcelario, el envilecimiento de los reos y los ideales del protagonista a partir de un horizonte étnico compartido. Son esos tres matices los que configuran el horror de los once meses que el autor estuvo preso.
De ahí que en la obra, todo es decadencia y desengaño por parte del joven estudiante, por parte del propio Arguedas. La política lo impregna todo, espacialmente, en su forma más baja, la politiquería. Esto lo encontramos a través de los apristas y comunistas, bandos que se disputan el dominio de los tres pisos del presidio.
En el contexto del gobierno militar de Óscar R. Benavides (1936-1939), ambos partidos eran clandestinos, ya que todas las agrupaciones políticas que no tuvieran un origen nacional fueron declaradas ilegales. Cuando Gabriel ingresa al penal, lo que encuentra no son divisiones de clases sociales que estratificaran la cárcel, pues la miseria y la inmundicia lo impregnan todo.
Él percibe que los hombres se enfrentan y desunen por criterios y politizaciones marcadamente partidarias. Le sorprende que El Sexto asemeje la escindida realidad nacional de la cual es víctima. Además, en el día a día cualquier diferencia entre los presos es motivo para la politización del conflicto, pues allí parten y culminan todas las pugnas internas.
Por eso, el intercambio de discursos efectistas, las manipulaciones, las actitudes tendenciosas y las malas intenciones concentran la expresión cotidiana de la maledicencia en la prisión. A pequeña escala, la cárcel concentra el caos y violencia imperantes en la ciudad, Para el protagonista El Sexto es consecuencia del sistema racista, excluyente y elitista que impera en el Perú.
Son las tensiones sociales, los conflictos a nivel material y simbólico las que conducen a la sociedad a una inevitable crueldad. De ahí que el envilecimiento de los internos sea una respuesta, muchas veces necesaria, para la supervivencia en el medio carcelario.
La historia proviene y deviene en la brutalidad y enajenamiento de los presos. Las violaciones, acuchillamientos, complots y negociaciones internas transcurren en la novela como pasajes fundamentales no solo de la historia que se cuenta, sino, sobre todo, del devenir de la vida limeña que en una prisión se suscitan.
Tras ello se atisba mucho más que costumbres carcelarias; hay un factor social más marcado. Los rezagos de las organizaciones políticas agravan las consecuencias sociales de las estructuras económicas y convierten la cárcel en un espacio de una disputada conquista colectiva.
- Una y otra vez El Sexto se impone como un bloque y ante él hay que tomar un bando.
- En esa lucha por sobrevivir y, más aún, por resistir a sus propios ideales —la libertad, la compasión, el afecto, la solidaridad— lo llevaban a buscar un horizonte por compartir.
- Aunque Gabriel ha hecho algunas amistades, ni ellas mismas lo consideran totalmente afianzado al bando.
Él no es ni comunista ni aprista. Mientras todos se preocupan por corresponder a los partidos a los cuales pertenecen, el accionar de Gabriel no se entusiasma por lo colectivo. Más allá de las posiciones partidarias, el autor se posiciona con sus preocupaciones existenciales y sociales desde su individualidad.
- En una conversación con un preso, el autor escribe: “Pero yo no soy comunista, Cámac; muchos otros participan de los ideales de justicia y libertad, acaso mejor que los comunistas”.
- No es la teoría, sino la conducta.
- No son los ecos de grandes elaboraciones intelectuales las que alejan a las gentes, sino el entusiasmo exagerado por moldear la realidad a partir de ellas.
Gabriel no es un idealista a partir de dilemas metafísicos, sino un idealista sentimental. Más que sensible, muchas veces el protagonista yace absorto e irresuelto por su imperante fragilidad: añora la infancia, piensa en la música y canciones significativas en su vida, intercambia recuerdos con amigos y compañeros de celda.
- El oscilante registro emocional de Gabriel conduce su individualismo y lo lleva a la valoración de otros aspectos de la vida en la prisión.
- Aunque no lo dice textualmente, el autor sugiere que la verdadera reconciliación de la sociedad yace en compartir el acervo cultural del Perú, ese que los presos comparten sin siquiera saberlo y que los hace herederos de la diversidad nacional.
El autor matiza el relato a través de ciertas manifestaciones culturales, musicales y dancísticas; lo vuelve un muestrario de las diferencias y proximidades étnicas que hay entre los presos. Ahí, más que una danza o forma musical específica, el uso que este recurso tiene en el relato es el divertimento, la mansedumbre e, incluso, la compasión.
- Pero en la cárcel, este como cualquier otro detalle sentimental, era visto como mera ingenuidad, una cojera al momento de actuar.
- En su alter ego, Arguedas ensaya lo que paralelamente y a futuro se convertiría en una de sus principales aportes a la cultura nacional: la valorización, el rescate y el impulso a las entonces formas actuales de las culturas nacionales, especialmente, la andina.
Frente a la violencia y la miseria, Gabriel militaba desde su frágil sensibilidad. Era así como desplegaba el ejercicio de su libertad. Puedes acceder a este libro en nuestra Biblioteca Mario Vargas Llosa, (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), en el horario de martes a domingo de 10 a.m.
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¿Qué dice Dios de los presos?
Versos Paralelos La Biblia de las Américas Acordaos de los presos, como si estuvierais presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también vosotros estáis en el cuerpo. Nueva Biblia Latinoamericana Acuérdense de los presos, como si estuvieran presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también ustedes están en el cuerpo.
Reina Valera Gómez Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo. Reina Valera 1909 Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo. Biblia Jubileo 2000 Acordaos de los presos como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como también vosotros mismos sois del cuerpo.
Sagradas Escrituras 1569 Acordaos de los presos como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como también vosotros mismos sois del cuerpo. King James Bible Remember them that are in bonds, as bound with them; and them which suffer adversity, as being yourselves also in the body.
- English Revised Version Remember them that are in bonds, as bound with them; them that are evil entreated, as being yourselves also in the body.
- Tesoro de la Escritura them that.
- Hebreos 10:34 Porque tuvisteis compasión de los prisioneros y aceptasteis con gozo el despojo de vuestros bienes, sabiendo que tenéis para vosotros mismos una mejor y más duradera posesión.
Génesis 40:14,15,23 Sólo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. Jeremías 38:7-13 Al oír Ebed-melec el etíope, eunuco del palacio del rey, que habían echado a Jeremías en la cisterna, estando el rey sentado a la puerta de Benjamín, Mateo 25:36,43 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Hechos 16:29-34 Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas, Hechos 24:23 Y dio órdenes al centurión de que guardara a Pablo bajo custodia, pero con alguna medida de libertad, y que no impidiera a ninguno de sus amigos que lo sirvieran. Hechos 27:3 Al día siguiente llegamos a Sidón.
Julio trató a Pablo con benevolencia, permitiéndole ir a sus amigos y ser atendido por ellos, Efesios 4:1 Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, Filipenses 4:14-19 Sin embargo, habéis hecho bien en compartir conmigo en mi aflicción.
Colosenses 4:18 Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano. Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros.2 Timoteo 1:16-18 Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me dio refrigerio y no se avergonzó de mis cadenas, which suffer. Nehemías 1:3,4 Y me dijeron: El remanente, los que sobrevivieron a la cautividad allí en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego.
Romanos 12:15 Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.1 Corintios 12:26 Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Gálatas 6:1,2 Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.1 Pedro 3:8 En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde; Enlaces Hebreos 13:3 Interlineal • Hebreos 13:3 Plurilingüe • Hebreos 13:3 Español • Hébreux 13:3 Francés • Hebraeer 13:3 Alemán • Hebreos 13:3 Chino • Hebrews 13:3 Inglés • Bible Apps • Bible Hub Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org,
Usadas con permiso. Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org, Usadas con permiso. Reina Valera Gómez (© 2010) Contexto Deberes cristianos 2 No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también vosotros estáis en el cuerpo.4 Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.
Referencia Cruzada Mateo 25:36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Romanos 12:15 Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran. Colosenses 4:18 Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano.
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¿Cuántas horas dura una visita en la cárcel?
La visita está organizada por días y horarios, cada cárcel (distrital, federal o provincial) permite un número determinado de visitas por semana o por mes, pudiendo incluir fines de semana y horarios vespertinos. Las visitas pueden durar únicamente una hora o permitirse todo el día.
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¿Cuántas comidas dan en la cárcel?
¿Qué va a comer en la cárcel Urdangarin? – Si Iñaki Urdangarin entrase hoy al centro penitenciario Madrid II de Alcalá de Henares para cumplir tendría un menú que consistiría en un plato de lentejas de primero, canelones con carne de seguro y una naranja de postre,
Todo, como no, acompañado de pan y agua. Esta sería una de las tres comidas (desayuno, almuerzo y cena) que se sirven por norma en todos centros penitenciarios españoles. Aunque los menús varían a lo largo de la semana, todos tienen una estructura similar. El estado se gasta 65€ al día de media por cada recluso de los cuales sólo 3,66€ se dedican a la comida,
En los desayunos se suele servir café con leche acompañado de pan con mantequilla y mermelada. De vez en cuando también se sirven galletas, magdalenas y bizcochos para dar algo de variedad. En las comidas y cenas (menos cuantiosas) se sigue siempre la misma estructura de primero, segundo y un postre que entre semana es fruta de temporada y los fines de semana se sustituye por flanes o yogures.
- La única excepción se realiza en fechas señaladas como el día de la Virgen de Merced (patrona de funcionarios y reclusos) o las navidades donde el gasto por comida se duplica,
- En el caso del centro penitenciario Madrid II el menú navideño estuvo compuesto por embutidos variados y langostinos de primero, cordero asado de segundo y un postre formado por natillas, helado y turrón.
Lo que no cambia nunca es la forma en la que se sirve. Siempre en bandejas metálicas que se reparten acompañadas de cubiertos de plástico. Una vez terminada la comida, se recogen y limpian en un “túnel de lavado” situado en la cocina. Según el portavoz de prensa del CSIF “en algunos centros está más rica que en otros” pero en todos se lleva un control riguroso de las calorías, grasa, azúcares, proteínas y nutrientes,
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¿Cómo funciona el brazalete de casa por cárcel?
Así funciona la detención domiciliaria Está compuesto por una correa de seguridad con fibra óptica que emite señales de alarma cuando se intenta forzar. En ella se sitúa el dispositivo de localización (smart tag). Su función es garantizar la permanencia del detenido en su domicilio.
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¿Cómo ir vestida de visita a la cárcel Chile?
– Dadas las prácticas de Gendarmería en la actualidad, se recomienda a mujeres que vayan de visita además no ir con short o vestidos, sólo pantalones. Lo mismo para hombres, sólo pantalones. Para ambos no ir con poleras sin mangas, se permite manga corta.
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